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E X E RCICIOS
Diciembre. lástima causais, lisongeándoos de una libertad que no
teneis , y que no se puede encontrar en el mundo!
gritad
qua~to
querais , libertad; haced ostehtacion
de una qualidad, que solo os conviene como á un
Cómico, el nombre
y
la qualidad de Rey
ú
de Em–
perador~
Desengañaos, que no hay otra verdadera
libertad que la libertad de los hijos de Dios.
Et
que
está unido con Dios, posee su espíritu;
y
ta
libertad
está siempre· donde está
et
espíritu de D ías.
Dios se
complace en hacer la voluntad de los que le temen,
dice el Profeta. Es verdad que en el servicio de
Dios
hay leyes que guardar;
~pero
quién no sabe que es–
tas leyes son mas dulces y mas deliciosas qu-e la miel
mas esquisita;
y
que la paz
y
tranquilidad son insepa–
rables dé este dulce
servicio~
La vida de los que sir...
ven
á
Dios es arreglada, uniforme, apacible; pero
cabálmente en esta regla
y
en. esta uniformidad de
conduéta , es donde se encuentra una verdadera
li–
bertad. No hay cosa mas desasosegada que una vida
sin orden. Hagamos juicio de la dulzura de la vida
de las gentes de bien por su gozo inalterable, el qual
hace uno de los mas bellos rasgos de su retrato; ha–
gamos juicio por aquella igualdad de humor que
muestra quan contenta está el alma. Al paso que los
que están en el servicio del mundo, viven en el tu–
multo , en la inquietud;
y
no tienea ni aún la liber–
tad de quejarse de sus pesadumbres
y
tédios.
¡Oh Sef1or¡ ya conozco la diferencia que hay en·
tre los que sirven al mundo , y los que os sirven
á
Vos; haced, por vuestra gracia, que me aproveche
de este conocimiento.
JA..