DEVOTOS.
en España; su familia era de las
~as arr~iguas
y
Dia IX.
nobles del país ; vino al mundo
á
fines del tercer si-
glo. Como sus padres e(an
Christ~ano~,
tuvieron
cui-
dado de educarla segun los principios
y
máximas de
la
Religion Christiana.
El
natural
y
las inclinaciones
de la
j
ven Leocadüi abreviaron mucho las lecciones
de su educacion. Como si sola hubiera nacido para
la
piedad , ignoró los entretenimientos mas ordiJ?-a-
rios de los niños. Prevenida desde la cuna de las mas
dulces impresioaes de
la
gqtcia, hizo creer por su
conduéta, que su virtud había prevenido
á
la edad
de la razon; tanta era la cordura , tanto el juicio
que manifestaba desde sus mas tiernos años.
Su
principal d·iversion era
la
oracjon;
y
aunque dota-
da de un espíritu vivo
y
desembarazado, de una rara
belleza .,
y
de .todas aquellas brillames prendas en
que de ordjnario fundan su principal mérito
las
de su sexó, no conoció otras galas, sino las que
da
1.a virtnd
~y
ninguna cosa tenia atraB:ivo para ella,
sino
el
redro,. Su modestia inspiraba veneracion
y
respeto.
Eni
mirada en Toledo como un prodigio
de
ta1t~
y
de santidad;
y
pasaba hasta en
·el
dic-
támen de los Paganos , por
la
doncella mas cabál
que habia en Es:pa·ña,
Vivía Leocadia en
su
casa como verdadera Reli–
giosa,
y
es·taba
en
esta alta reputacion de prudencia
y
de virt ud
en
toda la Ciudad, quando Daciano,
Go–
bernador de la España Tarraconense, fue enviado
á
Toledo por los Emperadores Díocleciano
y
Maximia..
no ,
con orden
de
valerse de todos los medios ima
gi..
nables para exterminar el culto del verdfldero Dios.
Quizá no
hubo
jamás Tirano mas
cruél ni
mas
~ár-
ba-