.EXERCICIOS
Diciembre. que
solo
á
los
Minis~ros
Sagrados
les
era
pc:·n"'\1ti<lo
entrar en el Lugar santo; que
la
púrpura podía
h:l~
cer Príncipes, pero no Sacerdotes··
y
que el Presbite–
rio no
era
para los
Emperador~s.
Teodosio recib ió la
advertencia con hnmildad, salió fuera de la baran–
d~lla,
y
se puso entre los
Legos,
donde
el
Santo Obis"
po le hizo dar ·un puesto qual convenía
á
su clase
y
á
su dignidad. Estando en Constaqtinopla esté Prí
1-
cipe
algun
tiempo despues,
y
haliandose en la
Igle–
si'.1
un
dia de fi esta, salió
d.elPresbiterio
despues de
la ofr enda;
y
habiendole preguntado el
Pátriarca
:Neétario, por qué habia salido del e
.o.ro; respondió
el Emperador con
un
suspiro:
,,¡Ah!
hasta
de poc<)
"tierrwo
á
~sta
parte
no.hesabido la diferencia que
,,hay entre
el
Sacerdocio
yel lmperio. Apenas he
"podido hallar
Un
hombre que me ensenáse la
V '?r–
,.,dad, no he
con~cido
otro que A¡nbrosio que lle ,:e
"con justo título
el
nombre de Obispo.," Este
Pr
fo...
cipe tuvo toda su vida una idea tan alta de la pru–
dencia
y
santidad del S¡into Prelado , que al morir
le recomendó sus hijos Honorio
y
Arcadio.
Ningun Obispo
e~tuvo
jamás en mas alta
re~uta
....
cion que nuestro Santo; de todas las partes del mun–
do
venían
á
verle ,
á
consultar
con
él,
y
á
oirle.
Le
miraban todos com')
el
General de los exércitos del
Sefior; como el azote no solo de los Arrianos, sino
t~mbi~n
de todos los hereges de su siglo. Asistió
y
presidió
á
muchos-Conciiios, en los que confundió
á
Prisciliano,
á
Joviniano,
y
á
todos los otros enemi–
gos de la fe. Sus escritos hacian tanto · fruto en los
p;.iíses extrangeros como en Milán;
y
de todas par–
tes se le
consultaba como al Oráculo de
la
Iglesia.
Con