SANTISIMA VIRGEN.
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.mento de todas las grandezas de la Madre-ele Dios. Es
verdad que no
la preservó
Dios
del pecado original , si–
no en atencion
a
su Divina Maternidad ; pero esta
pri–
mera gracia es demasiado gloriosa
a
Maria para que
no la miren con el mayor aprecio
y
estimacion ' todos
sus sierv©s;
y
así.. , en todos los verdaderos Fi eles
se
vé
una particula r inclinacion
a
la Inmacul ada Concepcion
de la Sa.misima Virgen , que es
jmposible disimula r.
Ciertamente , si este insigne privilegio , si esta gracia
de predileccion realza tanto la gloria de Maria , no ha
,excitado menos la devocion de l©s Fieles en
todos los
tiempos~
No ha habido siglo, desde el nacimiento de
la Iglesia hasta nosotros , en que la Inmaculada Con n
cepcion de la Madre de Dios no haya sido el objeto de
_su veneradof.l
y
rle su culto..
En el primer siglo vemos·
a
los- dos Santiagos , '
el
San Marcos ,
y a
San Andres en- sus Liturgias,
y
sobre
t9do en la de Santiago el Mayor referida po·r Tesifon,
y
por Alacio que prueba su antiguedad. En el segundo
siglo. tenemos
a,.
San. J.ustino Martyr ; en el tercero
a
San Hip>olito
-r
·a
San Cipriano ,
o
al ·que es el
Auwr
del Tratado de lias
prindp~l'es
Obras . de J esu-Christo;
que se encuef.ltra entre las Obras de este Padre. E ste·
Autor , que vivía hácia el· añ0>
2
50 , hablando -de
la
Madre de Dios ,
dice,
que la Justicia no podía permitir
que este vaso de eleccion fue e manchado con la mancha
comun
a
las demás húmanas criaturas; tanto mas,, gua n–
to era muy desemejante
a
ellas en este puflto , no ha...
biendo
tenido ninguna comunicacjon con ellas en la
culpa ,. sino solo en la naturaleza:
Non sinebat l u.stf–
tia ut illud vas eleC!iónis commúnibus. lacesserétur inid–
~iis
'
~ u lnidm
plu.rimum
a
céteri¡ díjferen$
'
natura com-
mu--