SANTISIMA
V
IRGEN.
§.
XXXVI.
Z ELO
DE.
LOS SUMOS PONTIFICES,
DE
LOS
Concilios·,
y
de todo} los Ordenes Religios;s
por /~
que mira
a
la Inmaculada Concepcion
de la San'tisima /7irgen.
S
E ' cuentan mas de 'quatrocientos ·ANtores de los t res
siglos siguientes
1¡
·y
entre
ellos
-sese Ata
y
seis Obis: .•
pos' todos célebres por su piedad' por
sti
cieñciá'
y
algu–
nos tambien por su santidad, como lo es •un
S.
Francisco
de
Sales , Jos quales todos han escrito en favor de la In–
ma€ulada Concepci0rn· de la Maclre de Dios;
y
puede de- .
drse , que despues de las verdades de Fé , no
hay
en el
'
Christianismo otra mas cierta
y
mas sólidamente estable-
~ida
, que la de la Inmaculada Concepcion de la Santísi–
ma Virgen. Las - Historias nos refieren muchos prodi–
gios hechos por Dios en prueba de esta verdad. El céle–
bre Continuador · de los Anales de ·Baronio Mr. Espon–
dano,
Obispo
de Pamiers , cuenta un hecho pasmoso re–
ferido por Henrico de Hasia , Cartuxo , por Longio ,
y
por Meyer, el qual se halla tambien en la gran Cróni–
ca de Flandes : de un cierto Monge, llamado Pablo , el ·
qual habiel'ldo tenido la temeridad de decir
,~.
predican–
do
en
la
Ciudad de Cracovia , que ·la Madre de Dios
babia sido concebida en pecado , fue castigadd
riguro-–
samente alli mismo , habiendo · caído mue rto en el pul–
pito al acabar de pronunciar una proposicion , de que
todo
·el
auditorio se había escandalizado. Por lo que
el
mi toca , añade este sabio Prelado , estoy pronto
a
mo-
Nnn
2
rir