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VIDA DE .CH'RISTO.
~.auti s t~,
¿por
q~-
/
sus Discípulos no ayunaban; quan–
do ellos pasaban toda su vida ayunando? tes respon–
dió , ¿ cóg10 quieres que los amigos del Esposo estén
tristes y se
ci'~ 1i xan
, mientras que el Esposo está con
ellós
~
pero día vendrá en que les será quitado el Es–
poso , y entonces ayunarán, y su ayuno
se.ráharto mas
austéro que el vuestno.
Pocos días despues, yendo Jesus
a
la
Ciudad de
N
aín, encontró
a
la
puerta de la Ciudad el acompaña–
miento de un jóv-en que llevaban
a
enterrar: el tal era
un hijo único de una viudGl!,
la
:qlilal iba en el acompa–
ñamiento desconsolaqa
y
l~orn'sa.
El Salvador movido
a
compasion de
la
aftigi'd-a muger, la dixo : No llores;
y
acercandose luego
a
las andas ' puso sobre ellas
la
mano y le dixo al muerto : Mancebo, levantate,
Y
o te
lo
digo ;
lo
mismo
fue:
decir esto , que incorporarse
el
muerto ' sentarse sobre las andas '
y
enwezar
a
hablar
y
cogiendolo Jesus de la mano,lo entregó sano,ybue..
no
a
su madre.
No se
puede decir qua! fue la admira–
cion de todos los circunstantes :
Se
vió jamás cosa
igua l ~e
decían
1
unos
a
~tro~
llenos de un santo temor'?
-¿
Se ·
vió
jamás un' Profeta tan grande ?La
fama
de este
prodigio se·estendió bi,en._presto por todo
el
p~ís,
y
no
.había quien no quisiera vér
y
oír al que lhacía
seme~
.jantes milagros.
tos Disdpulos de San Juan fueron
a
vér
a
su
Ma:e_s tr10
a
la
cárcel
, _y
le .contaron todos estos prodi–
.gíos ;
en
lo aturdido:s
y
pasmados
que
es taban, conoció
claramente el Santo Precursor , que aunque les había
dicho
tantas ,veces
y
tan expresamente, que Jesus era
re!
Mesías ¡, todavía .no
lo
cr~ían;
X
asi
qi.Jiso
quS!
fue–
sen
a
convencerse
de
ello por
sí mismos, Habiendo
pues,