-VrDA DE CHlUSTO
..
§.
XXVI.
CON.VERS ION DE LA PECADORA,
: y
parábolas que propone Jesu-Christo al Pueblo.
A
Unque el Salvador no se las ahorraba con aque–
llos hipócritas , sin embargo nada omitia parí!
ganarlos
y
convertirlos, hasta comer en casa de ellos
quando lo convidaban ,
y
preveía el fruto que había
de sacar esta amable condescendencia.
(f)
Estando un dia
a
la mesa, en casa de Simon el
Fariséo, fue a buscarlo una muger,
a
quien su mala vi–
da,
ha~ía
muy conocida en
la
Ciudad; esta muger pe·
netrada de un vivo arrepentimiento de sus delitos,
el
que habían excitado en su corazon , las exhortaciones
del Salvador Divino , se puso detrás de Jesus , que
estaba recostado sobre una tarima de tabla al uso del
país;
y
postrada
a
sus pies ' no cesaba de regarlos
con sus lágrimas , los enjugaba con sus cabellos, los
becaba ,
y
derramaba sobre ellos un bálsamo aro–
mático que tenia en un vaso de alabastro; vienpo esta
el
Fari~éo
que había convidado
a
J
esus, decía en su
interior : Si este hombre fuera Profeta , sabría sin du–
da quién es la que besa los
pies,
El Salvador , que
penetraba lo que pensaba el Fariséo, le hizo vér muy
bien que nada se le escondía ;
y
tornando la palabra,
hizo la apología de aquella ilustre penitente,por medio
de una alegoría, que hacía comprehender al Fariséo que
la perfeéta contricion de aquella pecadora , de la
qual daba pruebas tan insignes, hacía
a
su mal extre–
mamente agradable
a
Dios. La son perdonados mu-
chos
(f)
Luc. 7.