424
EXERCICIOS
II.
DoM.
1nal humor contra aquellos cuya virtud condena tá–
citamente
el
desorden de sus costumbres
y
de su
conduél:a. No hay remedio; habrá Caínes en el
mundo , mientras -que hubiere 4.béles. No son los
,;
d.efeélos que se les escapan á
lo~
buenos, lo que in–
flama las bilis de los malos ; las irregularidades les
son á los mundanos
y
á
los libertínos dema!>iado co–
munes
y
demasiado ordinarias , para ofender su
pretendida del.icadeza:
TotuJ mundzu
in
malígno pó–
.rit
u J eJt:
Todo el mundo está sumergido en la ini–
quidad y en la malicia;
y
sobre este artículo los
mundanos son todos indulgentes,
y
están acostmn–
brados
á
perdonarlo todo. Lo que los irrita contra
la gente virtuosa, es la probidad
y
la inocencia de
los que no son de otra condicion ni otra religion
que los libertínos. La demasiada luz ofende los ojos
enfermos ;
y
veis 2qni lo que atrahe sobre la gente
de bien el ódio
y
las persecuciones de los malos. Y
así vosotros no debeis admiraros si os aborrece
el
mundo ; vosotros no sois del mundo,
y
el mundo
mira como enemigo todo lo que le es extraño.
No.r .rcimiu
quóniam
transláti sumus de morte ad
'liitam,
qtJóniam
dilfg¿mtts fraires:
Nosotros sabe–
mos que hemos pasado de la muerte
á
la vida,
porque amamos
á
nuestros hermanos. La caridad
caraél:eríza
á
todos los Discípulos de Jesu-Christo;
·y
jamás fue el caráéter de los partidarios
y
esclavos
del mundo. Nosotros sabemos, dice el Santo Após–
tol ' que hemos pasado de la muerte
á
la vida ; es
decir, que por la misericordia de Dios somos hechos
hijos de Dios;
y
en esta calidad tenemos derecho
á
la vida eterna, somos herederos de Dios,
y
cohe-
re-