Table of Contents Table of Contents
Previous Page  335 / 500 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 335 / 500 Next Page
Page Background

r

DEVOTOS.

no puede quejarse; porque ·aquella luz divina , que

D~

P ENT.E""

ilumina

á

las almas mucho mejor que

el

Sol

á

los

COSTES.

cuerpos , esta luz increada se presentó

á

103

ojos de

los hombres ; pero los hombres, ciegos por sus

pa~

siones, cerraron los ojos por no verla. Jesu-Chris-

to vino al mundo como una luz vi:va. Su doél:rina

enteramente divina, su vida irreprehensible, ·sus

milagros los mas estupendos que jamás se hicieron,

daban un testimonio indubitable

á

favor suyo. Si ct

embargo, los Judíos prefirieron las tinieblas

á

la

luz. Porfiadamente adiél:os

á

sus falsas tradiciones

y

á

sus preocupaciones todas las mas terrenas , cer-

raron los ojos al divino Sol que tenían delante de

los ojos. Mas quisieron atribuir al demonio. los

milagros del Salvador, que reconocerle por Hijo de

Dios

y

por el Mesías. El

des~rreglo

de

sus

costum~

bres les impidió abrir los ojos

á

esta divina luz.

Om-

nis enim, qui mate agit, odit !ucern

:

qualquiera que

obra mal, aborrece la luz. -No quisieron abrir los

ojos

á

la luz, porque cernían les habia de descubrir

su falsedad

y

la corrupcion de su corazon. Los Fa-

riséos se desencadenan contra Jesu-Christo; los Sa-

cerdotes concibieron contra

'lt

un ódio implacable,

porque descubría los errores de su doél:rina ,

y

la

corrupcion en sus costumbres. Todo en Jesu-Chris-

to predicaba la santidad

y

la divinidad de Jesu-

Christo. Cerraron sus ojos

y

sus oídos, dice el Evan-

gelio , para no ver ni oír la verdad , porque sus

ac~

ciones eran malas :

Erant

enim eórum mala

ópera.

Al contrario, añade el Salvador, los que sirven

á

Dios, los que cumplen con su obligacion , los que

son hombres de bien

y

de reél:itud , no temen el

X 3

ser