DEVOTOS.
331
MEDIT ACION
DE LO MUCHO QUE DIOS NOS AMA,
y
de lo poco que amamo·s nosotros
á
Dios.
1
'
1
PUNTO PRIMERO.
C
onsidera, que Dios amó al mundo hasta el
extremo de dar su Hijo único , para que no
p~rezca
ninguno:de los
que
creen en él , sino
que·
todos consigan la vida eterna. Comprehende , si
puedes , todo lo que dicen estas palabras ;
y
mira
si puedes decir
ni
concebir cosa que nos dé unaJ
idea mas alta dd inmenso amor que Dios nos tiene.
El
ac.10r se manifiesta por los bienes
y
favores que·
se nos hacen ,
y
por los que se nos quieren hacer;
la
mejor
y
aún
la Única prueba del amor son los
bendicios.
La
éreacion es un favor
muy
grande~
pero lo es todavía mas insigne la redencion ; ¿qué
favor , qué beneficio se puede igualar al de haber–
nos dado Dios su propio Hijo para redimirnos ;
y_
al de ser este Hijo, que es &n Dios como su
Pa–
dre , nuestro rescate
y
el precio de nuestra reden–
cion? Comprehende el sentido de todos estos tér-·
minos; comprehende el mérito de este
incompre~
hensible misterio ;
ó
á
lo menos confiesa que
el
amor que Dios nos tierre
y
nos ha tenido siempre,
es sobre lo que se puede pensar ;
y
que todo quan–
to
se puede decir, es
qu~
Dios ,nos
ha
amado co–
mo Dios. Pero el fin de este ¡ncomprehensible be–
neficio
es tan
pasmoso
como el mismo beneficib.
Dios
DE PENTE–
CÓSTES.