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EXERCICIOS
IV. DoM.
Ten horror
á
ese respeto humano, tan indigno
de un Christiano,
y
que impide freqüentemente,
que por medio del buen exemplo, no se haga todo
el bien que se podía hacer.
Dí
á
menudo
á
tus hi–
jos ,
á
tus amigos ,
y
en ciertas•ocasiones que suelen
ofrecerse , ¿qué es el mundo? <por qué seguir las
modas
y
las máximas del mundo?
<
por qué sujetar–
se
á
sus indignas leyes? Sea el Evangelio tu única
regla de costumbres.
Prohíbe~e
quanto sea posible
todas esas fiestas
puramen.temundanas ; el tiempo
que babias de emplear en ellas, empléale en hacer
la corte
á
Jesu~Christo.
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q_u
IN T O D O M IN G O
DESPUES DE PASQUA.
P
Arece que la Iglesia ha querido aprovecharse de
la
reconvencion que Jesu·Christo hizo
á
sus
Apóstoles, quarido Jiabiendoles dicho , que babia
llegado el tiempo.en1fue le era preciso dexarlos para
volver á su Padre, en lugar de alegrarse de su triun–
fo .,
y
de la gloria de que iba
á
tomar posesionen el
Cielo, se abandonaron
á
la mas amarga tristeza:Quia
krrc. locútu1 sitm
'Vobi.r,
tristítia
imptévit
cor
'De.r–
t.ritm.
La Iglesia, gobernada
po~
el Espíritu-Santo,
entrando en los sentimientos del Hijo de Dios, pa–
rece aumentar su gozo, é inspirar
á
sus hi.jos 1senti–
mientos de una alegría aún mas sensible , conforme
se va acercando mas
el
dia de
la
gloriosa Ascension
del Salvador.
' •
Vo-