Table of Contents Table of Contents
Previous Page  52 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 52 / 554 Next Page
Page Background

3

g .

ABRIL.

Inquieto con estos pensamientos, que no [es disgusta·

b:tn del todo ; ni hacia las debidas eficaces diligencias para

desecharlos , .se llegó

á

él

cierro Monge forastero, que no–

ticioso de lo que pasaba en su alma

1

para desengañarle,

y

para que conociese la ilusion del enemigo

1

le

dixo que

pidiese licencia

á

su Abad para acompañarle

á

otro Mo–

nasterio , no distante del suyo; pero poco conocido, don–

de encontraría grandes·

1

y

poderosos remedios contra la

dolencia de

su

orgullo,

á

vista de las extraordinarias vir·

tudes que practicaban

los

1nuchos Monges que vivian

en él.

ConsintiÓ Zosimo,

y

admitido en aquel Manas_terio, .

á

pocos dias conoció su n1iseria ,

y

estuvo tnuy l¿jos de

tenerse por perfecto , quando vió la sublime ·perfeccion de

aqueilos asombrosos solitarios. Parecía una Comunidad de

Angeles 111ottales , que ocupados únicamente en servir

á

J?ios, se ol v-id.1ban aun de las ntas ordinarias convenien–

cias de la vida : sLt

retiro era verdaderamente admirable:

su ocupad n cohtl

in

a 1a otacion ,

el

naba

jo

de

111artos,

y

rezar' ó can ar e

rsalterio :

y

a~..mque

pareda imposible

nnyor ni tnas rigur6sa penitencia que la que hacían en

el

!vlonasterio en

el

discurso del año ; luego que llegaba Ia

Quaresm:t , se rerirabán todos

á

pasarla en el

de~ierto

, en

men1oria de

la

que

el

'Hijo de Dios pasó en él , para imi–

tarle en el rigor de su a)fL1l1o. Esta ceremonia se practi–

caba de estj tuanera. Celebrabase la primera Dominica de

Q Lúresma una Misa

muy

solemne en que comulgaban to–

dos los Monges ; recibían

la

bendicion de su Abad , despe·

díanse unos de orros tiernamente dándose ósculo de paz

1

abríase la puerta del Monasteri_o , salian todos ,

y

pasando

el

Jordan , cada uno se retiraba

á

lo nns profundo y es–

condido del desierto , hasta

el

Domingo de Ran1os, en

qne todos debían volver al Monasterio.

Pasó Zosimo el

Jord.ln

con los demas Monges.

La

ansia que tenia de descubrir en aquella espantosa soledad

á

algun gtan siervo

de

Dios, le

fllé

en1peii.ando mas

y

n1as,

y

se internó mttcho en ella. Veinte dias havia que

cotria aquellos espaciosísin1os desiertos) quando parindo- .

se