Table of Contents Table of Contents
Previous Page  503 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 503 / 554 Next Page
Page Background

D 1 A X

X'

V11 I.

El E 1Jangelio es del capítulo

1

5.

de

San JuaN.

r

I

N il!o tempore

:

Dixit Jesus

...,.

discipulis suis. Ego sum vitis

vera,

&-

Pater meus agrit.·ola

nt. Omnem palmitem in me-non

fermtem fructum, tollet eum: é§

omnem qui fert fruetwn, purga–

bit eum, ut fructum plus afferat.

J am vos mundi estis propter ser·

monem quem locutus sum vobi.r.

Mattete in me;

&

ego in vobis.

Stcut palmes non potest ferrc-

fructum

d

semetipso, nisi man–

urit in vite

:

sic nec vos, nisi 'in

.

me manseritis. Ego sum vitis,

11os palmites: qui mdnet irz me,é§

ego in eo, hic /ert fructum mul-,

tum; quia sine me nihil potestir

/acere. Si quis in me non manse·

rit

,

mittetur joras

,

sicu pal–

mes,

éB

arescc-t,

e5

aolligent eum,

&

in ignem mittent,

&

ardet. Si

manseritis in me,

&

ve1·ba mea

in vobis manserint/.. quodGumque

volueritis petetis,

&-

fiet vobi's.

E

N tiempo que Jesu-Cbristo

en·

señaba

á

sus discípulos la in–

dispensable union con su persona

para· obrar meritorramenre·, les ha–

bló

con

la

siguiente parábola: Yo

soy la vid verdadera , y mi . Padre

Labrador , quien cortar;l todo sar–

miento que en mí no lleve fruto,

y

limpiará todo aquel que lleva fru–

to para que lo dé mas copioso. Vos–

otros ya estais limpios por medio

cle las palabras que os he hablado.

Permaneced en mí,

y

yo en voso–

tros..

Así

como no puede fructificar

por sí mismo el

sarmi~nto,

si no per–

maneciere en la vid;. del mismo mo–

dóvosotros ,

O()

permaneciendo en

mí. YO' soy vid ,

y

vosotros. sar–

mientos. El que permanece en mí,

y

yo en él ;. éste lleva mucho fru–

to, porque sin mí: nada podeis ha–

cer. El que en mí no permaneciere,

seri arrojadO' fuera como sarmiento

que secándose, lo coger:in , echa–

rán

á:

er

fuego

t

y

arderá. Si perma–

neciereis en mí, y mis. palabras en

vosotros; quanto quisiereis , pedi–

réis,

y

se os concederá.

MEDITACION

De la in .finita duracion ·de las penas del Infierno.

PUNTO PRIMERO.

1

Considera, que por terrible que sea la

imágen

con que

nos representamos

el

Infierno; por espantosa que sea la

idea que formamos de aqnella desgraciada infeliz eterni–

dad; todo quanto podemos concebir es poco, es casi nada,

respecto de

lo

que

ella

es en sí verdaderamente.

Un

con-

Qqq

jun-