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D 1A XX I I.

38

5

las

recaidq.s.

En lo mora·l el que recae da motivo para

sos..

pechar que no estaba bien curado.

Las recaídas en las enfermedades lo

mas

comun suelen

causarse por aquellos mismos humores que alteráron

·el

cuerpo la priri1era vez , y no quedaron del todo corregi–

dos , ó purgados.

~Y

sed

ménos de temer , que estos

nuevos pecados no sean todavía efectos de los

antiguos~

La fJlsa penitencia es de ordinario causa de la recaída.

Es

insconstante la voluntad , no lo niego ; pero no es regu–

lar

que se mude de

repen~e

en órden

á

aquellas cosas que

llegó á querer con vehemencia : es menester , por de

eh lo

así, que el tiempo

b

vaya disponiendo, que vaya borran–

do poco á poco las ideas, los mot ivos de la plimera re–

sohcion.

~

Q1.1ántos argumentos, quántas instancias,

qnán–

tas razones fuertes ,

y

eficaces vemos cada dia , que son

n1enester alegar para .obligarnos

á

mudar partido , para

desvanecer todas nuestras preocupaciones, para empeñar–

nos en dar un paso que hasta aqní

j

tzgabamos perjudicial,

por aq·1el errado dictámen que havia impreso en nuestras

almas una pasion tan nociva como vehemente! Pecadores,

y

penitentes casi en una misma hora, presumimos pasar

de un exrre

o

á

otro sin pasar por el medio. Amar lo

q ne poco tiempo ha se aborrecia , tomar ya

gust

.>

en lo

que se acababa de detestar como el mayor

mal

de t odos los

nules, buscar con ansia aquello mismo de que havias re–

suelto huir aunque te costase la vida, volver á tragar con

apetito lo

qqe

acabas de vomitar con horror. Motivos.,

razones, religion, eternidad, cólera de Dios, infierno, na–

da hace ya fuerza , todo desaparece de repente , todo es

inútil.

¡Y

se persuadirá

á

que era verdaderamente pe

ni..

·tente , el que tan de golpe,

y

con tanto descaro

pa~ a

á

ser un público, ó á lo ménos un intrépido pecador!

¡El

..q

te

no conserva ni aun la menor reliqnia de la antece–

dente penitencia!

Esas

imaginarias conversiones , seguidas

de prontas recaidas , son , hablando con propriedad, cier–

tos intervalos de

friQ ,

que preceden

á

las accesiones mas

violentas .de la calentura. Son

á

lo

mas

una suspension

de

atmas que sirven para volver

á

la guerra

con mayor

furor:

(;ce

esa

.

.