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DI A 1 I.
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chos ,
y
·muy robustos. Consultado de todas partes co–
mo Oráculo del mundo Christiano , á todos
respon–
'de. Siendo él solo como la alma,
y
el espíritu de su tier–
na Religion , prodigiosamente multi plicada , dispone ,
y
arregla todos sus concertados movimientos. Buscado. de
grandes ,
y
de pequeños para alivio en sus dolencias ,
y
pa–
ra consuelo en sus aflicciones ' á todos atiende '
a
todos
socorre, á todos consuela. Pero en medio de esta conri–
nuacion trabajosa de fatigas , pasa las noches en oracion,
sin mas cama , que una tabh , y una piedra dura por ca–
becera. Su vida es un perpetuo ayuno : desped.1za su ino–
cente cuerpo con sa·ngrientas disciplinas, sirviéndole de ins–
trunlento cadenas de duro yerro: su vestido es un silicio
encubiert~
ó una túnica de cerdas , que disimulaba la mor–
tificacion sin servir . para el abrigo. Su corazon estaba tan
abrasado en el amor de Jesu-Christo, que le bastaba po–
ner los
ojos
en un Crucifixo, ó levantarlos al Cielo pa–
ra salir fuera de sí arrebatado ,
y
extático ;
y
su devocion
á
la ' SantÍsima Vírgep era tan.fervorosa,
y
tan tierna, que
solo con oir el dulce nombre de María eran sus ojos dos
copio~as
fuentes de Iagrimas amorosas.
No era fácil estuviese defendida de la persecucion aque–
lla
santidad tan eminente. Un célebre Predicador, mas aplau–
dido , que discreto, mal informado de su divino Instituto,
declamó públicamente contra él ; pe·ro apéne1s le habló dos
palabras nuestro Santo , quando le convirtió en uno de sus
mayores Panegyristas ,
y
fué despues insigne Protector de
toda su Religion.
Fernando
l. ,
Rey de Nápoles ,
y
sus dos hijos , el
Du–
que de Calabria ,
y el
Cardenal de Aragon , dejándose
im–
presionar cow demasiada facilidad de los que miraban con
desafecto
á
Francisco, diéron órden de prenderle.
El
Ca–
piran,
á
quien se encargó la comision , fné
á
executarb;
pero apénas se puso en presencia del Santo ,
y
fué testi–
go de los milagros , que obraba , quando se arrojó
á
sus
pies ;
y
rogándole , que pidiese
á
Dios por él,
y
por
aq
Je–
llos engañados Príncipes , volvió á ellos, é informándolos
de lo· que era verdaderamente el porcemoso Paula , hi zo
que