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D 1 A· XVIII.

3

1

7

Et

s.i Justus vix salvabitttr, im–

pius

6-

pfCcator ubi parebunt?

lt.zque

&

hi

qui patizmtur se–

t:undz'tm

voluntatem Dei, jide–

li

creatori rommendmt

animas

tu.u

in bmifactis.

lio

de Dios·? St apénas

se sal

v

,l

el Justo , ¿el impio,

y

el

pecaJor

dónde ecm

p:~rccerán ~

Así que los

que. padecen segun la voluntad de

Di os, cncomi-:ndan sus

lllmas

con

buenas

obras al Criador

fid.

(*}

RE FLE XI O N E

.s.

AlegráoJ

de

que comunhats,

y

teneÍJ

parte

m

los traba–

]oJ de Jesu-Christo;

No

hay

que admirarse de qne todos lvs

Santos lnviesen sido tan amantes de los trabajos;. porque

haviétidolos ennoblecido Jesn-Christo,. padeciendo por nos- '

otros, quiso , digámoslo así , que todos nuestros traba–

jos fuesen suyos. Siendo, como somos, miembros de Jesu–

Christo ,. se

puede

decir que Jesu-Christo padece en sus

.m·iembros. Comprehendamos el valor ,

y

el mérito

de

los

trabajos. en el Christianismo , pues

todo Christia–

no que los

p

dece con paciencia , con espíritu ,

y

con

un

corazon v raaderamente christiano , tiene parte

en

los trabajos de Jesu·

h1

Í5to.

Muy

tibia tiene la Fe

el

que

mira con horror las advcrsjdades,

y

las cruces·. Ninguna

cosa caracteriza mejor

á

los- Christianos.

lvluy

extrangero

es en el Pais del Christianismo aquel

á

quien le coge de

susto lo ·tnucbo

que

en

él

se padece. Es la Cruz las armas

ó

la divisa de este Pais;

y

no se ha de creer que es 11na

divfsa

ó

un símbolo vacío

y

puramente especulativo.

Sifué

menester que Christo padeciese para

en~rar

en la gloria;

no es

posible que nosotros tengamos parte en esta ·gloria , sin

.tenerla tambien en lo. que pad·eció para entrar en ella.

Pa,..

ra ser

glorift~·ados

c&n él,

dice San Pablo ,

es necesario pa–

déte1'

con él.

Qué idea darémos de nuestra R{!ligiory , ni qué

JPrueba. de que deseamos salvarnos , si pretendemos

~ivir

S1eln--

(*)

Hallándose San Pedro en Roma, escribió esta

Sll

pdmera Carta

á

los Fieles que vivian entre los Gentiles , singularmente

á

los Jud íos

co~verti dos, pra confirmarlos en la Fe. Lo mas verís imil es, que la escn–

bió en lengua Griega, pero el año preciso en que se escnbió no se sabe.