DIA XVII.
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apelaron
á
la viokncia por medio ·de castigos tales , que
faltó poco para acabar con ella : los oprobrios , insultos,
n1alos tratamientos, é increíbles trabajos fuéron
~1
despique de
su resentimiento ,
y
enfado. Apartáronla de la comunicacion
.de la familia, la hiciéron sufrir los oficios mas viles de la
casa; en fin la reduxéron como en prision á . un destein–
plado ,
y
obscuro aposento ; pero esta deshecha tempestad
de injurias, que duro muchos aiíos, solo sirvió para que mas
brillase la inalterable paciencia ,
y
sufrimiento de María Ana,
hasta que desengañados. los padres de la invencible
constan~
da , cediéron á la voluntad de Dios bien notoria en tan
visibles pruebas.
.
Como salió victoriosa de tan reñidos,
y
.prolongados
combates, se sintió mas que nunca abrasada del amor de
Jesu-Christo ,
y
en disposicion de no dificultar , que este
Señor la daria valor para sostener otros· si no tan ruidosos,
á
lo ménos tan sensibles en diferente campo. Deliberó abra–
zar
el
estado Religioso ,
y
consagrarse al Esposo Eterno en
el retiro 4el claus tro ; pero todas L.1s exq:.1isitas diligencias
que hizo ,
y
medios tle que se valió para verificar
s·~l
de–
seo fuéron inútiles: dis oniéndolo así Dios para j:.1stificar
lt:is secretos designios que tenia sobre ella;
y
conformindo
4
se con la vobntad divina, se propuso formar en su habi–
tacion un _retiro, donde servir
á
Dios como pudiera en
el
-
·Monasterio.
\
En efecto hizo de su aposento una sala de exercicios,
practicándolos como pudiera la mas perfecta ,
y
exempbr
-Religiosa. Como se havia propuesto por
mod~lo
á Santa
Catalina de
Sena , siguió los pasos de aquella. insigne He-
.roina, con
as.om !Jros.aspenitencias, ayunos; cilicios, disci–
plinas ., mo
rtifica ciones,
.y
otras .austeridades. .
La
oraciQn .
1
era t0·do su recreo de · dia
y
por la noche,
y
la Cruz con
· los detnas instrurrtentos de la Pasion sus mas amables
de–
licias: llevaba estrechamente ligado al pecho un cerco de
espinas ,
y
una soga al cuello ,
y
sintiendo todos los
.trtl–
bajos, todas las penalidades ,
y
todos los dolores de
~u
amado Jesus, 1ncreció que este Señor la diese ánimo para
probar n1uchas veces
hiel,
y
vinagre, permitiendo que
es-