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DI A XV l.

28J

ra corno prometen ,

~de

qué servirian p·or toda la eterni–

dad? Con la muerte se acaba todo su gusto ; aquel

t'll ti-

1110 soplo _apaga toda la imaginaria felicidad de esta vida:

¿qué resta de .ella un instante despues de la mueae ? <Qué

le restará á

un

poderoso Príncipe de todas aquellas pom·

posas den1ostraciones de honor ,

y

de respeto , de todo

aqtJe l númeroso séquito de Cortesanos , de . toda ' aquella

n1ultitud de reales diversiones , de aquella magnificencia de

palacios , de todos aquellos numerosos ,

y

formidables exér:–

citos?

~Qué

les restará á los h01nb.res ricos de su abun–

dancia ,

y

de sus

tesoros~

2

Qn¿ les restará á las mas bi–

zarras damas de su

orgL~ llo

, de su hermosura,.

y

de su ocio–

sidad

~

<

Qué de sus adornos ,

y

de sus diversiones?

¡Y

es.–

tos se llaman bienes! Aun los que ahora los aman , y los

solicitan con la mayor 411sia ,

~los

mirarán corpo bienes en

aquella espantosa eternidad , en que se hace

1

juicio ta.n

ca·

bal de todas las cosas?

.

'

P U

N

T O S E G U N D O.

8

. · .Considera , gue os bienes eternos son los únicos que

pueden contentar sí al entendimiento , como al corazon.

Al entendimiento, porque todo quanto le presentan es

real,

y

conforme

á

la recta razon: de tan inestimable va–

lor , que por toda la eternidad ha de ser el objeto de

~1.¡1

aprecio•

.&1

corazoq ., pqrque habiendo sido criado el horn–

~~re

para·solo Dios , solq aquell<;> que puede llevarle

á

Dios.~

¡y

acetcade

á

l.a posesion de rDi<!>s,; puede sosegarle,

y

sa-:–

_tisfacerle.

De

aquí nace, que qualquiera otro género de

~ien

dexél- en el alma un . vacío que la inquieta ,

y

sola~

m,ente los bieoes eternos causan en. ella aquella ex.qnisi,ta

.dulzura, que es como ensayo,

ó

prueba anticipada de

lp~

.

cons~1elos

del,

Cielo~

1

;

¡

1

Estos bi

enes son l

as\ virtudes christianas, las

qua!

es

son

las únicas v'

erdader.as

riquezas del Christiano : ellas soL1s

le hacen respetable,

y

feliz: ningun otro bien es capáz

de dar n1érito : la virtud es su único orígen :

el

mérito

solo

nace ,

y

solo se propaga en este

fértil

terr~no

. .Aun-

Nn

que