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ABRiL.
la Cáthedra
Episcopal.
Cierto Diácono
llamado Rogato, que
por varios ilícitos n1edios havia codiciado obtener aqucHa
Dignidad, sinrió tanto la promocion de Toribio, que no sa–
tisfecho con insulta1le siempre que tenia ocasion , le pre–
cioiró la envidia
á
tal extremo , que se anevió
á
levanrar–
le1
un
falso testimonio. Quiso
el
Santo purificarse , mani–
festando públicamente su inocencia;·
y
escogiendo para eUo
unos carbones encendidos, envolviéndoles en el roquete,
anduvo
por
toda la Iglesia , cantando
·el
dilatado Salmo
de David , que dice :
Levántate, Señor,
y
queden disipcr
dos loJ enemigos;
sin que el fuego cause lesion, ó man–
cha alguna al roquete: de
lo
que a.son1brados tedos., con–
fesó Rogaro ·Ia impostura,
y
Yebentó como otro Judas.
Finalmente despues de haver governado· sn Obispado
cerca de
14
años como piadoso padre de los pobres , co-
1110 un zeloso Pastor de su Grey , y como un defensor ín–
clito de
la
Fe Cathólica ; Heno de triunfos ,
y
merecimien·
tos , hizo tránsito de ta muerte
á
1a
vida h1monal , del n1un–
clo al Reyno de las Cielos-, de los trabajos a la quietud , de
la peregrinadon de este destierro-
a
lía Patria· ,
y
de las mi–
serias de esta vida presente
a
la Bienaventuranza en el
d~
16
de Abril por los años
~60.
La
Misa
es
del comun
de
Confosor no Pantf/ice-,
y
la Cracion
6!
la siguiente ..
JDesto Domine· supplicatio.–
..n._·
nibus nostris, quas in B ea-
1i JoacMmif onfessoris tuisolem–
nitate deferimus
;
ut
qui nostrte
}ustitite jidueiam non habemui,
·
~jus
qui tibi plac_·uit meritis ad–
;uvemur.
Per Dominum
nos~
trum, &c.
O
ID , Señor, Tas súplicas, que
O!
hact·rnos en la solemnidad de
tu Confesor
el
Bienaventurado Joa–
ch!n ; para que pues no podemos
confiar en nuestra justicia , searn0s
ayudados por los merecimientos de
aquel que tuvo la dicha de agradaros.
For nuestro Señor
J
csu-Christo,
&e-
t.
a