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DIA
XIV.
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hatíco de ovejas '
a
que
est~ba
reducida toda su hacienJa.
Haviéndose, criado nuestro Pastorcillo en esta inocencia ,
y
simplicidad de costumbres,
y
de fortuna , siendo de edad
de doce años , le dió el Señor
á
conocer con modo
muy
extraordinario , que le havia escogido para obrar grandes
maravillas.
El dia
1
3.
de Septiembre del año
1
r
77.
dia senalado por
un ecli rse de Sol, hallándose en
el
campo nuestro Zaga–
Ello guardando sus ovejas, oyó por tres veces una voz del
Cielo que le dixo :
Benito
,
hijo mio, oye la voz de Jesu-Chris–
to.
Admirado el niño de oir que le hablab-an , y que no veia
á
nadie , respondió :
Señor
,
(quién sois vos <¡ue me hab!ah;
porque yo os oygo, pero no .os v eo? No temas hijo
,
prosiguió
el
Salvador,
óyeme ,y haz lo que te diré. Yo soy J esu-Chrhto
tu Dios
1
que con una sola palabra crié todas las cosas de nada,
y
puedo hacer todo lo que quiero.
Pues, Señor,
~qué
quereis
que
haga~
le preguntó Benitico.
Quiero que dex es las ovejas,
y
que vayas
á
f~bricar
un puente sobre el Rodcmo. No Señor,
nopuede ser
,
r
~licó
el
inocente nií o,
porque yo no sé qué
coJa es Rodano,
y
no
e atrevo
á
dexar solas las ovejas de mi
madre. Obedece con ren imiento ,y sin réplica,
le dixo
el
Sal–
vador ,
que yo
p.
oveeré
todo. Yo cuidaré delas o·vejas
,
y te en–
viaré presto quien te guie -al Rodana. Pero Senor,
replico el
niño,
un pumte no se hace por poco dinero
1
y
yo
110
tengo mas
que tres maravedís
:
~qué
caudal es éste para una obra tan gran·
de? Pon toda tu confianza en mí,
respondió
el
qne le hablaba,
J'
no te dé pena otra cosa,
Penetrado el chico de admiracion,
y
de una vivísima ccnfianza, dexó al punto las ovejas,
y
luego se puso en camino. A pocos pasos vió
á
su lado
a
un
gallardo jóven en trage de caminante con su palo en la mano,
y
con unas alforjas al
ho~ubro,
que le dixo venia
á
llevarle
al Rodano , hasta ponerle en
el
parage donde queda
Dios
que fabricase el puente.
Aunque havia tres dias de camino , se asegura que
He..
gáron en ménos de tres horas. Viéndose Benitico
á
b
ori–
lla
del
Rodana , en frente de Aviñon , considerando así lo
ancho, como lo rápido del rio , quedó espantado, y dixo al
que
l~
guiaba.
Aqu!
~s
imposible
hac~r
pumte.
No
temas hija,
le