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DIA
DV.
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otros mismos estaba
el
verdadero orígen de
todo~
ellos.
Se
p~ca,
se vive en pecado; ¡y despLtes nos admiramos de
la quiebra ·en el comercio, de
Ll
desgracia en
la
preten–
sion, de las disensiones entre Ia familia , de
que
se
huvie~
se muerto aquel hijo t1nico, que era toda
L1
esperanza
d~
la
casa! bias nos debieramos admirar de que viviendo en
pecado , se huviese salido bien de aqnel lance , se huviese
ganado aquel pieyto , huviesemos escapado de aqtiella en–
fermedad , si no snpieramos
por
otra parte , que estas apa–
rentes felicidades no pocas veces son efecto de
b
ira de
un Dios mas irritado contra nosotros. Nunca: castiga Dios
mas severamente al pecador , que quando
le
dexa dor–
mirse profundamente en medio de la prosperidad. Si tu–
viste
la
desdicha de caer en pecado, ten
L1
fortuna de le–
Vlntarte al instante. No esperes al Domingo ,
ó
al pri–
mer día de fiesta para confesarte. Despues de la contri–
cien
r
á que al punto te debes excit(1r , acude af Médico
espiritual , solidtl q·ranto ántes el re1nedi9.
Y
si af tiempo
que lees esto , e acL sa la conciencia de alguna cnfpa gra–
ve , no dexes
pasJr
el dia sin aprovecharte de la gracia,
qne te hace el
S~nm:
..Mira que te expones á pdigro de
perderlo todo, si desprecias este aviso.
2
Es grosero error que ensenó Wiclef, y condenó so–
lemnemente el Concilio de Constancia, decir, que pues–
nada de lo que se hace en pecado mortal es meritorio para
el Cielo , son inútiles en este estado infeliz las
buena~
obras,.
las quaies por razon del
mi?mo
pecado , se harian mat1s,..
y
demeritoria~.
Error, heregía, embuste diabólico. No, no
-llega á tanto la malicia del pecado; no obstante· que se.1n
tan lastimosos sus estragos.. AL'Lnque seas reo dcLU1te de
Dios de los mayores excesos , de las mas enormes culpas,
tod.1vía en ese estado
puede~,
y
debes hacer' obras
bL~enas.
Honrar
á
Dios , socorrer á los pobres , obedecer á los
~upedores
,
y
cumplir con otras· obligaciones- de reli–
gion ,
y
de justicia , no solo se puede ,. sino debe
hacerse aun: estando en pecado mortal ; porque
d
pecado
no dispensa en esas ob1igaciones.
~Tienes
la desgracia de
estar en
tan.
la~timoso estado~
pues no
solo ,no
debes omi-
Hh
2
tir