·~
Enero.
inquietudes , los temores fon cofecha
del
p~c~do-,
y
herencia del pecador.
.
Caufa admitacion que creye11dofe ,
y
experimen•
tandofe que no hay contento dulce , que no hay ale–
gria pura
y
sólida lino en la vid2 ¡,nocente ' codavia
{e
inGíl:a
y
fe h:iga empeño de bufcarla én
otra
pa'úe.,
·
Los. placeres del .mundo fon fugaces
y·
amargos~
Chriíl:o comparó las riquezas
a
las efpinas . Los hono"
res no tienen mas sér que la fombra y el humo.
Qgé·
ha
quedado ~l10y
de aquellos di chofos
del
figlo,
de
aquellos que brillaron .por
eL
refplangor de
íus
teforÓs,,,
mas que por la luz de
fus
merecimientos? Pafaron como
relámpagos,
y
ni aun memoria
ha
quedado de
fus
nom–
bres :
fu
grandeza,
fu
bril!Jncéz ,
fu
irnagimda felicidad
t'odo fe enterró con ellos en la (epultura :
y ·
fi
murieron
en
pe9do, qué defdi'cha
!
qué lamemable defgracia!
-
Bienaventurado
aquel
q~e
fue
brillado
fin mancha;.
bienaventurado aquel que no corrió tras el oro, que no
colocóJu eJperanz.a
en
Jus teforos .:Ju
gloria ferá eterna.
Pero
qué
gloria!
,
1·
.
,,
No hay hombre
jtJíl:ó,
no hay hombre fnnto
qu~ no
pueda fer defenfrenado ,
y
tan licenciofo
como
el
masiiberrino : es mas pi:idofo
y
mas circunfpelto, por–
que
es
mas prudente. .
Pudo
.hacer mal
,y
no.
le
/;kg.
Y
fe arrepentirá
jam~s
de no haverle hecho?
~é
{e
pierde en fervir
.a
Dios
O~ por
ri1ejor decir, qué no
fe
gana en íi::rvir
a
tan grande
y
tan
poderofo dueño?
Deum time,
&
mandata
ejus ob{erva
:
hoc eft
enim
Lcclt.
12.
omnis
hamo.
Teme
a
Dios
,
y
guarda íus Mandamien·
tos , que en efro con!iík toda la dicha del ,hombre.
/
f
;
El