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re
IOS
. - Enero.
el de una
hu'mildad profundifsima.
Obfervando col\
re8.exion nuefh-os femimientos , quien no dirá que
he.
rnos encontrado, que hemos deLcubierro alguna otra
fenda.-para ir al Cielo? O gran Dios ! qué mayor
prue·
,ba de
que
es bien cono el número de los e(cogidos,
que el fer tan limitado el número de los humildes!
Defeo, mi Dios, fer de eíl:e pequeno número,
y
por efo
os
pido con las mayores veras me concedais ella.
r.imable vinud. Humilladme, Senor, quamo fuere de
vuellro agrado ; pero ocorgadme la gracia de que fea.
humilde.
.
JA CU L A T
O RIA S.
Vilior fiarn plufquam
faElu.s
Jum :
&
ero humilis in
oculis meis.
2 .•
Reg.
6.
·
Si,
Señor, cada dia quiero
fer
mas humilde
a
mis propio¡
ojos;
y
por efo defeo fer cada dia mas humillado
y
mas .abatido
a
los
ojos
<lel
mundo.
Bonum mihi quia humiliafti me, ut difcam juftiftca–
tiones tt1ias.
Pfal
m.
1 1
8.
Muy
provechofo me
ha
fido, Senor,
el
que
me
huviefeis
humilla.do)que de efa manera me haveis
11echo docil
a
vueíl:ros preceptos,
y
rendido
· .a
vue!tros Mandamientos.
PRO
POS
!TO S.
E
N
los
otros fe e!lima
y
fe alaba grandemente
la
virmd
<le
la
humildad;
pero fon pocos
los que
trabajan eficazmente
por pofeerla ello
mifrnos.
Si fe
pudiera fer humilde fin fer humillado;
ú
para ferlo_
-
ba~