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(5)

dominante la Católica, es necesario hablar de cualquiera ma–

ter·ia rt' ligiosll, conforme

á

las

leyes

,-ijentes,

sean civiles

ó

Eclesiastico

¡

lo contrar·io es rliscUI'rir sin

r·urnbo

ni método ciet·–

to

y

poner· los dogmas de

y

de costuii 1br·es en la

incer–

tidumbre. Desde luego, si entre nosotros se estableciese con pr·e–

ferencia á todo culto. el sistema t•eligioso de los tembladores,

no hahria par·a q1-1e haeer mencion de los Poutifices,

ni

de

los Concilios. En tal hipótesis podrían sostener·se con Alguna

Jll'obabilid:~d

los proposiciones estr·añas de que se

l~a

hecho t·e–

ftwf>nria. Los Católicos, contando aCJm•l!os que niegan la

infa·

libilidad del Pontífice que habla excatedra,

110

niegan la autori–

dad

ni la i11fulihilidnd de los Concilios Generales, que son unos

cuer·pos legislativos

q~-re

representan

8

todas

las

Naciones del Oa·–

be

Católi<·o,

t'S

decía·

a

la Iglesia.

Pt·ocecliendu segun estos prineipios ninguna de las pro–

posiciones del

Sr·

V•g11 puede set'

sosten~da

ni apoyada

en

fundamentos razo 1abl s. Que

el

Celibato sea perjudicial al Es-

• tarlo

y

desmor·alize

a

los individuos de la sociedad,

es una

asercion gratuiln

e

insignificante

y

contrat·ia

4

la verdad

de

los hec.hos. Cuando un )óven

con

vocacron al estado sacrr·dotal

abraza

la

car·t·e•·a Eclesiaslica, es un mod< lo de perfecl·ion

y

de virtud,

y

si se encarga del

c~idado

de alguna parroquia, su

ejemplo

y

sus exorlacioues bastan pat·a

har~>t·

mudm· de costum–

·bres al Pueblo

y

sirnent11r la paz

y

el órden en el seno de las

familias. No obstante

!\e

persuade el Sr. Vrgil que los Ecle–

siastiros célibes

han

de perturbar las familias

y

llenar al Esta–

do de hijos car·gados

de

infamil!

e

incapaces de ser ciudada.

,nos utiles 8 la patria. Esta suposiciones aventurada ,

porqu~

IQs Rrlesibsticos que tienen vocacion, no dan el JJlleiiOI' mo–

tivo. de e:>cándnlo en

los

pueblos,

las pasiones vio!eutas no

ejercen imperio

ni

don1inpejon

lir·ánica sobre ellos,

y

aun

cuando

su

temperamento sea violento estan acoslu!nl11'udos

á

dominnt·se,

teniendo por rer,ln de sn conducta aqm·lla má,.,i–

mll

imperare

assttece

te his veJ1,fri guidem

primmn

po~ teoque

li–

fl"iJini ct

ir~,

y

aqt~dlil

otra,

si metuis, si

pmva cupis,

sic~t,cens