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tl
ia regeneracwn: innrnnsa, terrible es nuestra res ..
ponsa-bilidad sino corresponden1os al fin de nuestro
ministerio. Y sin embargo , no son graneles sacrificios
ni esfuerzos sobre humanos los que él nos impone,
entre pueblos que ya profosan la religion de nuestro
Divino inaestro. Débiles
con~o
hij o,s de hornbre, no
nos exij e sino el ejercicio ele los deberes
del
Sacerdo–
te :- su puntnál ctnnplimiento
dei~eude
de nüestra ab–
soluta resignacion
.:
la volüntad de Dios y
ele
núes–
trn,.constante consagracion
á
cuinplÍrla.
Sicii.t
?m:nit
mePater et ego mito vos,
dijo
á
süs discípulos el Salva.:.
dor del
n1~ndo
al encargarles de
la
regeneracioü de
la humánidad. Solo, pobre
y
hasta des'conócido fué
enviado por el Eterno: asi se presentó
á
los pueblos;
pero era la verdad encarnada que mas tarde ó n1fü3 ,
ten1prnno dominará
a
las sociedades todas:-los que
Ja conocieron no pudieron
d~jar
de seguirla. Errores
sostenidos por n1il genera_ciolles
y .
c1urante n1u'chos
siglos, la han combatido: nuevqs errores la c.oµibaten
toaavia; pero ella
avan~a
ciV"ilízand6
y
mó.ralizando
á
los pueblos: ella derribará las puertas que aun res–
guardan los abisn1os de vicios
é
ignoi.'ancia de la hu- '
nianidad:
porte úiferí 11on
p1;e'l?alévunt
adve1;srs
ecú1i.
Asi
lo pr01netió El
qu~
la anünció
y
ratifi;có con
s1i.
san–
gre. Sostener su Santa Iglesia, que El animó con la
verdad que es su palabra, es :q.uestra única niision.
~adamas
exijo de.nosotros El que
pade~i6
y
mürió
por enseñarla,
Y vosotros ; aniaclos
hiJ.os, de cüya d1.recc1on veú–
go
á
encargarme:-yo
'OS
saludo con
to,d'a,l~
ternura
de mi
cot~zoh:
i1o os
~jeis
t3ti
íni indignrd·ad,
'sího
en
la santidad de mi ministerio. No seré, lo.
éspél'o de '
Dios, el lobo que devore
y
des.cuide el rebano:, . cuyru· .
custodia se nie ha confiado, sino el
pasto!~
dílígentd
qne lo resguarde de las asechanzas de
süs
ehemigosi