CAP ITU
LO
IV.
ss
cani autem sunt sensus homin is,
nasdel hombre son su prudeneia
1,
9 Et aetas senectutis vita
9 Y
la.
edad de la vejez es
i rnmac ulata .
la
vida sin mancilla
2 •
IO
Placens
a
Deo factus est
10
El que agradaba a Dios
dilectus ' et vivens inter pecca-
foe
amado de
el, y
viviendo entre
to res tran sla tus est :
los pecadores
foe
tra.sladado
3 :
I I
R a ptus
est ne malitia
I I
.
i:ue arrebatad o para que
m utaret
intellectum eius , aut
la
mahcia no pervirtiera su en-
ne
fi<~tio
deciperet animam il-
tendimien~,
o para que lo apa-
' lius.
rente
DO
Seduxera
SU
a
ima
4.
12
Fascinatio enim nugaci-
12
Porque la ilusion de lo va-
ta tis obscurat bona , et incon-
no obscurece el bien,
y
la incons-
stantia concupiscentiae
trans-
tanciaS de la concupiscencia tras-
vertit sensum sine malitia.
torna el sen tido sin malic ia
6 •
13
Consummatus
in
brevi
13
Consumado en breve lle-
ex pkvit tempora multa:
no
muchos tiempos ':
14
Placita enim erat Deo
14
Porque agradable era a
anima' illius : prdpter hoc pro-
Dios
SU
anima: por
eso
se apresu-
p eravit educere illum de medio
r6 de sacarle de en medio de las
iniquitatum. Populi autem vi-
mald des. M as los Pueblos vien-
dentes , et non intelligentes , nee
do,
y
no entendiendo, ni ponien-
poneo.tes in praecordiis talia:
do en sus corazones
8
tales cosas:
~~
afios hab rfo adquirido mucho juicio, con–
sejo y mad urez.
L
Sue le hallarse aun en los pocos a–
fios ,
y
entonces suple por ellos.
2
Aun la edad C'C>rta es
acreedora
a
la
honra que se d:i a los viejos. El que
es bast ,1ote sabio es bastante anciano.
3
Faftus
pertenece a
placens
,
de es–
te modo :
Placens D eo f aEtus, est dile–
Etus
,
como se ve por el Griego.
El
que
es agradab le a Dios , foe amado de el :
y
por esto le hizo e l singu lar beneficio de
trasl adarle de entre los pecadores con
quien es vivia. En
que p arece que se
lrnce alusion al Santo Patriarca Henoch.
G enes . v . Eccfi.
XLIV.
16.
4
Fue arrebatado de las cosas de este
mundo.
Esto
no pertenece ya a Hen6ch,
sino a todo justo que muere en la flor de
sus aiios , v. 7. p ara que no le engafie
lo aparente. El vicio
y
la virtud ·toman
la ma cara el uno de l otro ;
y
as! se ve
que muchas veces el vicio es honrado,
y
la virtud despr eciada. Todo lo g rande
que hay en el mundo es
propi am~nte
un
11
Hebraeor.
x1.
5.
juguete de nifios ;
y
esto no obstante nos
dexamos llevar
y
encantar c!e estas baga–
t e las que nos impiden conoce r el verda–
dero bien . .En las cosas que parecen in–
diferentes ,
y
aun en las que tienen sem–
blante de buenas , s.uele h aber a
v~ces
ral
obsc uri dad, que freqiientemente, qu ando
menos
lo
pensamos' nos hallamos esclavos
de la concupiscencia
y
de las pasiones,
de una manera tan solapada , que no lo
creerfamos sino nos desengafiaran las ex–
perienci as coridianas.
s
Los movlmientos vagos e incons–
tantes de los
~enridos
; o tambien el im–
petu de la concupiscencia, que nos lleva
a mal
tr~er
y
a rod apelo ; como Io expli–
ca vivamente la palabra Gri ega
ps1,1.{3cu111.6 s.
~
Del hombre sencill o e inocente.
7
De maoera que no dexo ninguo va–
do
en los pocos afios que vivi6 ,
ues en
ellos ll ego a wnseguir aque lla sub li me
perfeccion que otros oo alcanzan sino
a costa d e muchos afios
y
fatigas.
s
Se ha de suplir aqu1 : Lloraban su
temprana muerte , no onsiderando- ni a-
I