de Occidente
;
y
lo mismo pra"tlicaron sin p érdida
de tiempo los Syros
,
los Bg_!jpcios
,
los Ethiopes,
los Persas
y
otras innumerables Naciones
,
que
pu~
sieron en su lengua materna esta celestial doEtrina,
emplea12do en esto sus g loriosas fatigas los D oélores
tnas eminentes de la l g lesiq, , como San Juan
Cht:y~
sóstomo
,
que traduxo por si mismo la Biblia C riega
en la lengeea vulgar Zrmenia
~y
San C erÓt!!fmO en
la l !!Jrica .
.,
e
La N acion Española es tanto ma.¡ acreedora a
poseer en su idioma nativo este universal tlzesoro, _
quanto ella se gloria entre las demas de conserva1•
pura e inviolable . !a R eligiotz Catbólica
,
y
de
ve~
ñerar con p rifunda devocion.y 1•endimiento !as
San~
tas Escrituras
,
que contienen su doél:rina.
.Para
_ ___conseguir este importante beneficio
~ya
desde la.
fo1'~
macion de nuestra lengua Castellana dedicaron sus
tm•eas nuestros mayores Letrados , 3 aul't !os mismos
R ryes
señala~
su cathó!ico zelo'?!J esmero. Peees
la
primera Biblia en romance que aplaudió la Bttropa
lá:
trabcyó por st mismo nu(stro Rf!! D on Alonso el
Sabio
,
.3
alentados de tan supet•ior exemplo se
exer~
citaron en esta gloriostz empresa entre otros Dott
L uis Cuzman Maestre de Calatrava
,
Don Mar–
tín de L ucent:t
,
.3
señaladamente Don Bo¡2ifacio
Ferrer
Cen~ral
de fa·Cm·tuxa , quien publicó la
ver~
sion L emosina , 3 fieé la primera qtte v ió impresa ,
e1¡ lengua v ulgar
la
I glesia Latina•
•