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Jágrimns,"lamPntando sn Yida pasada,
y
el Liempo
qn~ ~abia
perrlido, repntandose el mayor pec ador del mnudo: pedta a ca–
da Religioso en particnlar, perdon del mal e¡emplo
y
escánda–
lo q11<' habia dado con sns acciones. rogáricloles que lo enco–
me¡1dase11
á
Dios,
y
repetia lo mismo
á
toda la Comunidad
cuando se rennia en su
cel~la.-Pero
al mismo tiempo qoe llo–
raba amargamente sus culpas, dándose muchos golpes de pe–
cho, manifestaba tener grande esperanza en Dios, de qne lo
p Prdonaria
y
sah·.aria por los méritos de
J
Psucristo, para lo
cual imploraba el patrocinio de la Santísima Virgen Maria, de
.su gran Padre Santo Domingo, de San Vicente Ferrer,
y
de to–
dos sus Abogados.
Se enternecian Jos Religi osos que le auxiliaban por turno,
al
,·ei-
y
oir sentimientos de tan profunda humildad, despncs de
una vida inculpable
y
penitente,
y
se edificabau obsen·ando la
paz
y
trnnquilidad de su ánimo, al mismo tiempo que sufría
agncllsimos dolores en su cnerpo estcnuado por conliIUtados
ayunos y espantosas maceraciones.
.
R epamndo el Siervo de Dios al R eligioso F'r. Antonio Gu–
µerrez, eutónces jovencito, que estaba muy afüjido y lloroso, le
preguntó el motivo.-"Padre mio, le respondió, lloro
y
me afli–
jo,- porque le oigo decir que sn muerte es cierta;
y
como le ten–
go en lugar de Padre. siento mucho qne me falte en el mejor
ticmpo."-No llom H ermano, le dijo F'r. Marün, porcjue es rn–
lnntad de pios que muern,
y
tal vez le será mi muerte de ma–
yor provecho que si vi,•iese.-Poco clespues 4;e cumplió este
pronóstico, como se dirá mas adelante.
Conociendo la proximidad ele sn término, pidió que se ]e·
administrasen los Sacramentos de la E ucaristia
y
Extrema–
Uncion, los que habi endo recibido con mucha ternura
Y.
afectos
de corazon, dijo á un Religioso que le alc anzase .Ja túnica con
cilicios que usaba en salud, para morir con ella. El R eligioso
tuvo la imprudencia no solo ele llevársela delante Je varias
r ersonas, sino tambien de decir con voz clara
y
perceptible, al
~r.
Dr. D. Pedro de Ortega qne estaba á la puerta,
"Suelen los
Siervos de Dios aprPciar lo.s ;nstrumentos que lés "yudaron
á
1tlerece1:."
Ü.\'enclo esto F'r. Martin, no quiso admitir la timica,
y
al dársela el R eligioso, le elijo: que la arrojase al Jugar mas in–
mna,clo. De este modo cerró la puerta á la vanidad que podía ex–
citarRele por la pi:esencÍa ele los circunstantes,
y
S6
desprecÍÓ
á
.sí mismo.
p~dienclo
que_se echase en un sitio asqueroso Ja tú-
1-Jca.
que
h ahrn
tocado inmerli atamPnte á sn cnerpo ele pecarlo.
I'ublicJ!uo su,peligro de mnerte, concurria.11
á.
visi~arle
!'.le