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-146-

Jágrimns,"lamPntando sn Yida pasada,

y

el Liempo

qn~ ~abia

perrlido, repntandose el mayor pec ador del mnudo: pedta a ca–

da Religioso en particnlar, perdon del mal e¡emplo

y

escánda–

lo q11<' habia dado con sns acciones. rogáricloles que lo enco–

me¡1dase11

á

Dios,

y

repetia lo mismo

á

toda la Comunidad

cuando se rennia en su

cel~la.-Pero

al mismo tiempo qoe llo–

raba amargamente sus culpas, dándose muchos golpes de pe–

cho, manifestaba tener grande esperanza en Dios, de qne lo

p Prdonaria

y

sah·.aria por los méritos de

J

Psucristo, para lo

cual imploraba el patrocinio de la Santísima Virgen Maria, de

.su gran Padre Santo Domingo, de San Vicente Ferrer,

y

de to–

dos sus Abogados.

Se enternecian Jos Religi osos que le auxiliaban por turno,

al

,·ei-

y

oir sentimientos de tan profunda humildad, despncs de

una vida inculpable

y

penitente,

y

se edificabau obsen·ando la

paz

y

trnnquilidad de su ánimo, al mismo tiempo que sufría

agncllsimos dolores en su cnerpo estcnuado por conliIUtados

ayunos y espantosas maceraciones.

.

R epamndo el Siervo de Dios al R eligioso F'r. Antonio Gu–

µerrez, eutónces jovencito, que estaba muy afüjido y lloroso, le

preguntó el motivo.-"Padre mio, le respondió, lloro

y

me afli–

jo,- porque le oigo decir que sn muerte es cierta;

y

como le ten–

go en lugar de Padre. siento mucho qne me falte en el mejor

ticmpo."-No llom H ermano, le dijo F'r. Marün, porcjue es rn–

lnntad de pios que muern,

y

tal vez le será mi muerte de ma–

yor provecho que si vi,•iese.-Poco clespues 4;e cumplió este

pronóstico, como se dirá mas adelante.

Conociendo la proximidad ele sn término, pidió que se ]e·

administrasen los Sacramentos de la E ucaristia

y

Extrema–

Uncion, los que habi endo recibido con mucha ternura

Y.

afectos

de corazon, dijo á un Religioso que le alc anzase .Ja túnica con

cilicios que usaba en salud, para morir con ella. El R eligioso

tuvo la imprudencia no solo ele llevársela delante Je varias

r ersonas, sino tambien de decir con voz clara

y

perceptible, al

~r.

Dr. D. Pedro de Ortega qne estaba á la puerta,

"Suelen los

Siervos de Dios aprPciar lo.s ;nstrumentos que lés "yudaron

á

1tlerece1:."

Ü.\'enclo esto F'r. Martin, no quiso admitir la timica,

y

al dársela el R eligioso, le elijo: que la arrojase al Jugar mas in–

mna,clo. De este modo cerró la puerta á la vanidad que podía ex–

citarRele por la pi:esencÍa ele los circunstantes,

y

S6

desprecÍÓ

á

.sí mismo.

p~dienclo

que_se echase en un sitio asqueroso Ja tú-

1-Jca.

que

h ahrn

tocado inmerli atamPnte á sn cnerpo ele pecarlo.

I'ublicJ!uo su,peligro de mnerte, concurria.11

á.

visi~arle

!'.le