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<:osas pequei'1as
y
de menor importancia. Talr.s fueronhabe_r
entendido el deseo qne tuYo .sn sobrina de un manto nuern;
el conocimiento de que los novicios habian comido
la
frnta.
que estaba en su cajon;
y
de que habiendo tomado uno de
ellos un peso ele plata, sin que los demas lo advirtiesen, lo te-.
nía gnardado dentro de su zapato; el del sitio donde es–
condían . a.lgunos rateros la ropa que robaban de los enfer–
mos &c. &c. &c.
Merece tamhien consideracion, que muchos de los no–
vicios anxiliados del modo estraordinario que se ha dicho,
era~
:Maestros, Predicadores jenerales, l'rclados
ú
Oliispos, cuan–
do
SC
tomaron ]as informaciones; los que por
Sll
virtud
y
dig–
nidad merecieron toda
fé.
Y
á
mas de que mochos seglares
fueron testigo:;; oculares de esos prn<lijios; ¿qné interes podian
tener los 1·elijiosós faltando
á
la
~erdad
en materia tan gra–
'l'e?
Po1· el conti:ario, debemos creer que su conciencia los
oLligó
á
nnas declaraciones que los hacían reprensibles por–
el desprecio con que algnnos habían visto al .Siervo de Dios,
insultandole,
é
Ím{loniendole penitencia sin cansa ·1ejitima,
y
permitienclole trabajar en la hacienda á pa1· de los esclarns.
Todos estos hechos mararillosos que pasaron
á
la vista de una
numerosa
y
respetable comunidad, comprueban lo que asegu–
raron cuatro personas fidedignas, por lo que .les sucedió
y
observaron. ellas mismas, nna, de que >olaba
á.
la China,
otra
á
Berberia, otra
á
Méjico,
y
otra
á
Portobelo, puesto
que quien tenia pod er para volm· desde el convento hasta el
Cercado y hasta San Andres, estando las puertas cerradas,
lo tendría tunibien para ir rápidamente
a
los paises mas dis–
tantes. Pero como hingun cuerpo puede estará un mismo tiem–
po en distintos lugares,
y a
F'ray l\1a.rtin se le veía en el con–
,·ento en los mismos dias
y
horas quE' estaba en otras partes;
es creíble, ó que por el don ele
ajjl.ffia.~l,
rnlaha á otros luga–
res
y
volvia de ellos invisible cm;¡' tanta celeridad que no se
estraiiaha su ausencia;
ó
que mí Anjel
tom~ndo
su figura se
bacía visible en la enfenneria
luego que el Siervo de Dios
se ausentaba del convento, como tomaba la de San Isidro J.,a.
brarlor, cuando este oraba en
la Iglesia . Dfl este morfo
pues el mas est aordinario, quiso DiGs manifestar la sublime
..-irtud de
Fray
Martin eu el cmso de su virla
y
de otro tam•
bien raro, la hizo· conocer en su muerte
y
dc~pnes
de ella.
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J