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gó que este tiempo era el nrns oportuno para decretar los ho·
nores dP. bienavent11rado al venerable Ma1•tin de Porrcs, hijo de
Santo Domingo, para llolmar de este nuevo gozo
n
la ilustre
fa.
milia de Domingo
1
que alegre celebra la gloria de su Padre.
Por lo cual en •este dia, Dominica diez despues de
Peuteco~tés
y
primera de Agosto, habiéndo nuestro Santísimo Sefior
procurado ten'er
á
Dios propicio con santos sacrificios, mandó
que concurriesen en el Palacio Quirina l, los reverendísimos
cardenales, Carlos Maria Pedicini, Obispo de Palestrinn, vice–
cancelario de In Santa Iglesia Uomana, y prefecto de
la
Con–
gregacion .de los Sagrados Ritos, Oarlos Odescalqui, Obispo de
Sabina, Ticario de la ciudad y relator de la causa,' el reveren–
do pudre Virgilio Pescetélli, promotor de la Santa Fé,
y
yo
tambien el infrascríto secretario, y estando reunidos, prouun·
ció Su Santidad, en presencia de todos, que se podin proceder
con seguridad
á
la beatificacion del venerable Martin de Porros.
A mas de esto, ordenó c¡ucse publicase este dec1·eto, que se
inscribiese en las actas de la Cougregacion de los Sagrudos
lli·
tos, y que se expidiesen let1
1
as arosbólicas, en formn de breve,
para la
beatifi~nciou,
gue se concluiría en h1 basllica Vaticana
á
su debido tiempo.
C. lll. Obispo de Palestrina, vice-cancelario, prefecto de la
Santa Iglesia Romana y de la Congregaciou de los Santos
Ri–
tos.-'Jlln el lugar del
sello.-José Claspar
Pata11i-Secretario
de la Sagrada Con!p'egacion de füVos.-Bu Roma, nilo de
1836.
1
1
Se celebró tan plausrble noticia con un repique general,
y
en el dia siguiente habiéut!'ose adornado mucho la Igll.lsia del
Rosario por el reverendo padre prior .fray Lázaro Balaguer
y
Cubillas,
se
cantó en ella el 7'e
l)cum
y una !\[isa solemne, con
asistencia de la nobl eza y de in111cnso ptreblo.
A p
ocos diasse descubrió, en presencia del seflor Arzohis·
po el
sepule.rode fray .l ub
11
Rfosias, que•estaba en la Recole·
ta Dominicana,
á
cayo cuerpo, que se uotó incorrnpto, ínte–
gro
y
seco, se le cortó un brazo para remitirlo
á
Uoma. A po·
cos dias, con asistencia del mismo señor Arzobispo, se prac·
ticó igual diligencia en In capilla del ·Santo Cristo, situada en
lo interior del convento
d~l
Rosario, donde estaban sepulta·
dos los huesos de fray Martin con la debida .seguridad. Falta·
han algunos que se habian dado
á
personas distinguidas, en
las diversas truslaciones que se habian hecho de ellos, temieu–
~o
qne los hurtasen algunas pe11sonas que los pedian con celo
imprudente Y. piadoso. Separáronse tres huesos, los que, con