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:;

,

esl.

Concluyamos, pues, qnc esta obra segun mi parecer, es m

11y

acreedora

ú

la luz pública,

y

que sn autor, cuya vida ha sido

una feliz alternativa entre el estudio de su Rcli gion y profesion,

ilnstrúndolas con varios escritos, ha puesto con este un nuevo

esmalte

it

la corona espléndida de'sus virlmles; dejando al mis-

010

tiempo en él, ya en sus últimos alias, nn monumento eterno

.de piedad, de literatura

y

patriotismo.

J,ima , Octubre

I G

de

1819 .

Dr .

:\la1111r/

1\

nton io

/

"rismrnrli.

APR.OBA

IO ~

Drl muy

i~evercmlo

Padre l\Iacstrn

fray

Lázaro

Dnla~ucr

yCuhillas.

1Joctor Teólogo en la Universi<latl

de

S.tn

!arcos,

t.:atc<lrático de

Prima de Teología mora:! de Santo Tomas,

Ex-l>rior

del conrcn10

grande dol Rosario

y

Ex-Provincial <le la prorincia de

San Juan

Bautista del

Perú, ÜJ'den dePrcdita<lorcs.

Sc1ior Yicario

Cavitular:

Desde que en el mío pasado de

1835,

recibí In primera nota,

comunicada por el reverendísimo maestro general de mi <Jrden

en Roma, de hallarse próximo

á

declarar e por nuestro Sant ísi–

mo Padre Gregario XV 1, en el número de los bienaventurados, al

siervo de Dios fray Martin de Parres, herñrnn o terciario que

fue del convento de nuestro padre Sa nto Domi11go de esta ca–

pital, tljé toda mi atencion (cClmo prelado que por eutonces era

de él) en la necesidad

de

que se escribiese una

hi~toria

fiel de

la vida admirable de e. te

h~roe

li1i.mío. El honor de nuestra

patria ,

y

con especialidad el de mi venerable comunidad, lo

demandaban imperiosamente. Este era el f.r¡:undo fruto que

producia cu este suelo fé rtil la semilla del Ernngcl io: este, el

segundo presente que los religiosos del convento del Rosari o

ofrecian como resultado de su incansable trabajo

y

celo por la

gloria del Seüor: este, el segundo testimouio de la gratilnd dl'

Lima

¡\

la Divina Providencia, por los bienes qne le habia <lis·

pensado. Y ¿no dcbia eternizarse la memoria de las l'irt udP