APROBAC ION
Del señor doctor donManuel Antonio Urismendi, PrelJcndado de esta
Santa-Iglesia Metropolitana, Examinador Sinodal del Arr.obis1rnt10
yCapellan mayor del Monasterio de la Encarnacion.
He leido detenidamente la obra titulada
Vilftt
del flienaventu–
rndo
Fray
/lla rtin de Pol'res,
escrita por el selior doctor don José
Ma nuel Valclez, pro to-médico general de la Hepública, qu e
u:;.
se ha servido remitir
á
mi censu rn; y, lejos de encontrar en
ell a alguna cosa que se opo nga
á
la
(é
y buenas costumbres, an–
tes bien, la encuentro muy acomodada para estimular la piedad
y devocion de los .fieles, y digna del recon0cimiento público.
lle trata en ella de presentar al vivo las heróicas virtudes y ex–
t rao rdinarios dones con que Ja maao omni potente del Altísimo
enriqueció
Ja
dichosa alma de un paisano nuestro, de un varan
esclarecido, de un héroe del CristianismO', que nació
y
floreció
en medio de nosotros, edificá ndono:; con su ejemplo, y
á
quien
tl ebemós alabar, honrar
y
bendecir, segun el exhorto del Ecle–
siástico, para pe rpetuidad de su memoria:
Laudemus viros glo–
n-Osos,
el pare11les nostros quorwn pielates non defuenml.
¡Ah! se
disputaro n siete ciudades el nacim iento de Homero, el mas cé–
lebre poeta de la Grecia, ¿y no nos gloria remos nosotros en el
nacimiento de fray Martin, el segundo Santo de Lima? ¡Loor
eterno al inmo rtal Valdez que, robando algunos espacios
d P.
t iempo
ú
la s necesarias tareas de su ministerio, nos. ha liecho
este presente! t a vida del bienaven turado fray Martín estit
escrita cou elegancia
y
claridad: su sá liio
y
virtuoso autor ha
desempeliado altamente el asunto que se propuso, manifestan–
do los grandes conocimientos que posee en la Teología mística
y moral, su tierna adhesio n y devociou al santo, el amor
á
sus
conciudadanos; y, si acaso se ha apartado alguu tanto de las
~e
veras reglas de la critica, por lo que respecta á nna histori a,
descn traliando .con alguna prolijidad Ja sustancia
y
carácter
propio de las virtudes, ha sido por plega rse y ser mas fiel ob–
servador de la suprema lry del Evangelio. Su inte nto fue, no