NOT
AS,
( I
.a) Confieso que n o alcanzo
a
la
nebulosa sublimidad metafisica <le
Kant
,
en el pasage siguiente , tan susceptible de to1·cidas in(erpretaciones poi–
Jos que no COnocen
a
fond o la nlta IDOralidad de aquel celebre fi l oso fo ,
SUS
abs–
tracci.ones oscm:isimas,
y
la cstrana fraseolog ia con que visti6 sus :irduas espe–
culac1o nes . "D1os .no es resultad o d e la a rg umen tacion cl el hombre. No n eces ita
»
apoyarse sobre las dos prem isas de un silogismo, como el coloso de Rodas
,. estaba elevado sobre sus pedes tales d e roe a . El es el vcrrlad ero Dios, d el cual
>1ningun argumento puede p rivarnos; porque, no teniendo su oriae n en la
»cognicion,
no esta sugeto
a
sus formas: un Dios que n o es
eter~o,
ni
e~
»el es pacio, ni en el t iempo, que no es una suHancia n i un a causa,
y
d el
»cual no es m enos absurdo d ec ir quc
e:rist e,
que d ecir que es
azul
6
cua–
>1drado.
»
[
I(anl:
Critik d er reinen Vernunft.]
(~ . a)
E l hombre no tiene m as que observar su propia n aturn l l'Z<t;
y
en
'el.las1ente que
po~ee
li berrad de
volicion ,
porq ue siente qu e se hnlla apto
y
b a,..
~tl
para querer: el r econoce un princi pi o clc d eber q ue l e m and n ( hnjo l a cer–
~tdumh re
de su
r espo nsa bi lidad futura )-obrar-6 abstenerse . Hni dos
voces
imperiooas q ue
l e
gritan :
ct
Se
feliz , Se virtuoso . » En muchos casos es iropo.:.
sible obedecer
a
entram bas. Pero l a una es voz d e ma s r igido impel'io que la
o tra. No dice ,
si
tu
7uiercs, si
tu
puccle~,
como aq ilell a rr uc
le manda ser
fel iz ; sino que pronuncia con autoridad
l egi sl adorn:
tu
debes, te cs for z oso;
y
desprecio- propio 6 estimnc ion-propia , so n el
inmediato cas tigo 6 galardon
con que sancioua su voluntaJ.. Su el eccion , sin embargo, no es forzad'!. E l
h ombre pucde preferir a l debcr l os pbceres que
est:\n mas inmedia tos; pero,
osando desobedece r , ya ha empezado
a
su frir l a
pena. Los d eberes
impues tos
poi·
~sta
YOZ
in terna' son r edu ci <los por
K a11t
a dos m axi mas:
«
Consi r1era
c o n .~tantcmente
a
todo se r r ac ional como un fin en
si mismo,
y
no como un
med i0 d e heneficiar
a
o tro;
y
obra cle
tal man era, q ue el
inmedi ato moti,·o
d e tu vol untad pueda convcrtirse en una l ei uniYersal en el gobierno de todos
lo~
seres racion al es .
»
Estas leyes existen
a
prior i
en la m en tc;
.r
por l o ta nto
no estan ugetns
a
l a l ei d e la
cognicion .
A l mismo t iempo que
tcnemos con–
ciencia d e su fuerz:i , d escubrimos la necesidau de futuru
rec ompen~a
y
futuro
castigo ;
y
confianclo en l a inmortal idnd,
«
scnlimos en el. san tu ano de.
n.11e~tro ser que , al d eja r este mundo fen omenal, hallnremos l a
1rtud :'\'.. ?a fe l1c1d::id
unidas en el
roundo de b s
cosas en · i-mismas.
Pa ra
la
respon~ab t1 1 darl,
sc re–
q uicre que h ay a
Ull
jucz. Este juez t i nc absoluta bonrlad ; porque d e el pro–
ceden nuestras ideas de lo
Justo
y de lo buei:o: -Pue
·to
q ue LO<los
Im se res ra–
ciouales
Jinitos
t icnen la misma
raz.onpnicuca, debe ha
be~ ~na
razo!1 supre–
ma
infi11ita unil'e rsal ,
la
cua l
m a n ifestat'idose a to<los
~
anunc1a las m1 smas le–
yes. E1ota snprema razon, es ta ho nd acl . ab"soluta, este
JUCZ,
el remunerador de
la vi1·tud,
es
Dios.n &c.
[Kant'.- . id: ]
·
( 3.a) Las obras d e
Hobbes
ocupan un l ugnr
~o~sid~rable
en
la. his.to.ria
d e
la
metafuica. P1-ofuntlo
y
original pensa<ki r ,
e (ltst111gutn por
~nn .
1
~ trep1 ~ a
consistencia en egu ir cnr1a princ ipio a l tr:wes de sus consecue.nc1as
log1ca~
. . n
d1ccion·es tal vez el m as 11edec t6 egemplo de la union de clandad
y
conc1s1on