Table of Contents Table of Contents
Previous Page  14 / 94 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 14 / 94 Next Page
Page Background

4

su misma cuna fue puesta en señal de contra-

diccion, fue en todos :tiempos

y

en todos 'si,

glos combatida

y

asaltada de un

sin

número de

Heréges , que todos conspiraban

a

destruirla

y

acabarla. Dexo

a

parte aquellos•monstruos de

itnpiedad

e

irreligion, los Navátos, los Samosa–

ténos, los Sabelios , que le movieron la mas

cruel guerra: Acordáos si de un Arrio, de un

Nestorio, de un Eutichio, de un Em1omio, de

un Júliano apostata

y

de un Pelagio , que la

combatieron con tanto denuédo , rabia

y

fu–

ror, que sin duda huviera perecído

y

visto

su total ruiiia ,

s!

el

Dios de fos Exercitos no

huviese sucitadoce)n su providencia un Da–

vid contra cada Goliad : un Hilario contra los

Arrianos, un Cyrílo contra los Nestórianos,

un Basjlio -contra los Eunomianos , un Leon

Magno contra los Eutichianos, cóntra Julia–

no apostata el Nacianzeno y contra Pelagio

el grande Agustino. '

Pe¡.-o nunca (si bien se miran las Historias)

fueron · tan generales , ni tan sangrientos los

asaltos contra la Iglesia, como en

é:l

siglo

XIII.

Qué

violencias

!

qué insultos ! que vicios

!

qué

desordenes! qué errases

!

qué enemigos! por

todas partes levantaba sus cabezas la mons–

truosa Hydra de la heregía ; el enemigo hom-

bre