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algo que no puede provenir de los sentidos;
y
por cousiguiente
reconoce que exist.e una fuente sobresen. ible del conocimiento.
En cuan to á la cuestion soul'e la
natu,raleza
¿le los
~t1úv8'r
sales,
Santo Tomás es realista muy moderado. En cualqui era
idea universal di tingue materia
y
forma, ó compren ion
y
ex–
ten ion. Lo uni ersal mirado en cuanto la inateria,
ó
en cuanto
al conjunto de at,l'ibutos de los cuales se Constituye, existe
á
pa'r–
terei
Ú
olJjeti amente, porque estos atributo existen en cnal–
quiera individuo. Lo universal considerado u cuanto la forma,
ó
en cuanto la coleccion de los individuos
á
lo' cuaJe j}ueue
aplicarse, existe tan solo
á
pa1'te intete('ttts
ó sllbjct,ivrt,oC'utl'
p rque aqu lla extension de la idea uni\
7
er al no se forma ino
por la abstracciou de la mute.
'
'
Acerca de la
teología
nat~t'ral,
demue ·tra la exi tencia de
Dios on mu has razones filósofica
toroac1~s :
1
~
de la, uecesic1?rl
de un motor primario de¡ cual proceda
'1
movimi cnto que , e
de. cubre en el mundo: 2° do la ('ausa primaria de la ual proce–
den
y
depenuen
la
caus,t · eClindadas: 3.° del ente necesario en
el cual se halla la razon de los entes contingentes:
4~
del
entR
infinitamente perfecto del cual dimanan lo. ari o grados de pel'–
feccion que exi 'ten en los dema sere: 5? del ordenador Ulua–
mente intoligout ·
y
sa.bio, del cual nace el admirable ól'den que
brilla en toda la parte del orbe (S p. ]
a
p. 2. a. 3). 'l'ambil'D
demu stra on razone filó ofica la mayor parte de lo a.tribu–
to de Dio' prueba tambi en por la razon natural la posibilidad
de la creacion ó de la educcion de los ente de la nada, por–
qu lo enLes ontingelltes se conciben po ible,
y
no podrian
ser po ibles, ino por la creacion.
La
ética
qu es la parte de la filosofía en que principalmente
de. cueDa Santo Tomás, o upa toda la egunda parte de la
Suma
teol6gica,
y
xced ria los limitns de este curso si la recorriése–
mos aunque fuese sumariamente.
xv.
Rogel"io Bacon.
Rogerio Ba on, inglés
(1214-1294)
ü'anciscano, habia estudia–
do en Oxford en
Pari~,
, fu apellidado el
docto?'
admimble,
á.
cau a d li oi neia prodigiosa. Fué la admiraoion de sus con–
temporáneo por u profundo couocimiento u las matemá–
tica, n la,
fi
ica, en la química
y
en la lengua. E te gran
filó ofo hahia l1tentlido que el ro 'todo silogí tico, entón es u a–
do cu,i exelu
i
ameute n las e, cuelas, uo podia
er~ir
para