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un Dios. Además, la materia sujeta
á
mil imperfec–
ciones, expuesta á
mil
cambios, está lejos de tener
la infinidad de perfecciones unida
á
la necesidad
de la existencia, como probarémos, al ocuparnos de
Dios, como un ser necesario.
Objecion.-<1La
razon no debe admitir lo que es
impo~ible
y como la crea.cion es imposible, segun el
axioma
ex nihilo, nihil, de la nada, nada sale;
es
concluyente que, por la existencia de la materia, no
puede probarse la existt'ncia de Dios.»
El espfritu humano concibe muchas cosas, como
puramente posibles, y no repugna que las cosas po–
sibles lleguen
á
tener una existencia real; bas_ta pa·
ra ello, que haya una causa que la detenmne,
y
como causa de ese género puede señalarse el poder
supremo de un ser infinito, puesto que repugnaría
que un poder infinito no pudiese producll: todo lo
que es posible. Lo que hace juzgar imposible la
creacion á ciertos filósofos, es que ellos no com–
prenden la posibilidad.-<1¡Cuanto son estúpidos
y
ridículos los filosófos! ha exclamado á este respecto
Malebranche en sus «l\feditaciónes», ellos se imagi–
nan que la creacion es imposible porque no conci–
ben que el poder de Dios sea tan grande para ha–
cer de la nada cualquier cosa. ¿Pero conciben que
este poder sea capaz de mover una pajilla?»-des–
pues agrega:-«Si la materia fuese increada, Dios
no podria ni moverla, ni formar ninguna cosa, por–
que Dios no puede mover la materia ni arreglarla
y
disponerla sábiamente sin conocerla,
y
como no po–
dría conocerla sinó le hubiese dado el ser, porque
Dios no puede tener más que de sí mismo sus
conocimientos puesto que en él nada obra ni le ilu–
mina; es muy evidente que es su creador.» Leibnitz
cita el anterior pasaje en su Teodicea y se adhiere á
él en estos términos:-«Tengo como Malebranche el
sentimiento de que, en general, la creacion, com–
prendida como debe sedo, no es tan dificil de ad-