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mitir como puede pensarse y que ella está envuelta

en cierto modo en la nocion de la dependencia de

las criaturas.»

En cuanto al axioma,

de la nada, nada;

hay que

distinguir, que sí es cierto que la nada no puede

ser causa eficiente de ninguna cosa, no lo es, en el

sentido de que, lo que no existe no pueda llegar á

existir. De que la nada no puede ser causa eficiente

de ninguna cosa, no puede concluirse que lo que no

exista no pueda llegar á ser, por la accion de una

causa todo poderosa. 11Bergier ha dicho, crear la

materia, no es tomarla de un punto en que no exis–

tía, es darle el ser que no t enía. Cuando produci–

mos un pensamiento ó un movimiento, no los to–

mamos de un lugar, sino que los ponemos donde

no estaban: la ciencia del poder activo consiste en

hacer existir lo que no existía.>>

Podemos asegurar, pOT nuestra propia experien–

cia, la realidad del poder de hacer existir lo que no

existe, no solamente en una produccion de fenóme–

nos sino aún en una produccion sustancial. En

efecto ¿dónde estaban, hace algunos años, nuestra

inteligencia, nuestra voluntad, nuestro mismo yó?

Nosotros somos sustancias pensadoras que no exis–

tian hace algun tiempo, que existen actualmente

y

que por consiguiente han sido prnducidas. Asi es

como se manifiesta en nosofros la nocion de una

causalidad produ'ctora de sustancias.

SEGUNDA PRUEBA.

Necesidad de un primer motor.

·La idea de un pl"Ímei· motor de la materia se

identifica á la de un ser todo poderoso, es decir, á

la idea de Dios: luego la existencia del movimiento

prueba que existe un primer mc,tor de la materia.

En efecto, ó la existencia del movimiento prueba

la de un primer motor, ó la materia se mueve ne-