GLORIA
gión únic!l, la religión del porvenir. Sostenía ·
haberla encontra'do. ¡Pobre hombrel. .. Meditan–
do se consumió, perdió
la
razón,
y
al fin ' apagó–
se como una lámpara á la cual dan un soplQ.
¿Encontrada su ideal. allá donde alguien le
esperaba "impaciente, quizás con hastío del Pa- ,
raíso
mientras
él no
llegase? ..
Es forzoso coo-
I
testar categóricamente que
sí
6 dar por no es-
~rito
el presente libro.
y
en
tanto,
,¿no
debemos aspirar á que sea
verdad en lo posible lo que soilaron la enamo–
rada de Ficó?dg'a
y
el loco de Londres? Tú,
precioso
y
activo
nifío J esús, estás
llamado
.sin duda
á
-intentarlo;
tú'
que naciste del con–
flicto,
y
eres la personificación más hermosa de
la
humanidad emancipada de los antagonis–
mos religiosos
poi
vit'tud del
amor;
tú,
que
en ,
una sola persona llevas ssugre de
enemigas
razas,
y
eres
el símbolo en que se han fundiLlo
'dos conciencias, harás sin duda algo gran Je.
Hoy
juegas
y
l'ies
é
ignoras; pero
tú
tend ;'ás
treinta
y
t res B11os,
y
en tonces quizás tu
h~3-
toria sea digna de ser contada, como lo fué la
de
tus
padres.
(
Madrid, Marzo-Abril-Mayo de 1877.
FIN DE LA NOVELA