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. B. PÉltBZ GALDÓS
ble que todas las fibras del cor.8zón de su so–
brina: la
fi~ra
del amor
humano~
Al llegar
·allí el espíritu rebelde, gimió dolorosamente
sucumbiendo;
y
lo que
-antes.lepareció mons–
truoso, inútil, parecióle después bello, prove–
choso. en grado sublime. Estremecida hasta. lo
más íntimo de su sér, sintió" la b!}Hidora ex-
-
.
pansión del amor, pidiendo su consecuencia
natural,. el sacrificio. .-
«Acepto, acepto.••
»
declaró levantándose,
ágil, inquieta, exaltada, cual si recibiera por
~ilagro
prodigiosas fuerzas.
Pero
ext~ndiendo
después un brazo, lleván–
dose la
izquiel~da
mano
á
los ·ojos, murmuró ·
con súbito desaliento: \
«¡Mi pobre hijo..• l .
-Dios, el Criador de todas las cosas-gritó
Serafinita acudiendo veloz
á.
agarrar
á
su vic–
tim~
que se le
eséapaba,-mit~ó
á
la tierra per–
vertida por el pecado,
y
enviando
á
ella
á
su
·Hljo en carne mortal, le vió padecer
y
morí~
como un hombre... IY Aquél era el Verbo, la .
razón universal, la justicia, la ley ..• el Hijo..
.!
L o que hizo Dios por redimir al género huma–
no, que formó de barro, ¿no podrá hacerlo
una miserable criatura por salvar á otra de
las eternas Ílamas del infierno? ..
¿y
DO
eeda
. capaz esta criatura de hacer un sacrificio tan-