-
GLORIA
191
fiado mi erario sin poder reunir ni un ochavo _
. más.
¿Pero no
v~s
que estamos sin
rent~?
Este
inyierno
la-s
pobres monjas de
***
me han lim–
piado las arcas. ¡Infelices! yo quisiera tener mi–
llones para dárselos...
~
, -¡Bendito sea usted mil veces!-exc1amó
laJoyen con piadoso entusiasmo.
.
- Yo no opino como tu padre-dijo
Su llns–
Írisimá,-que debam,os privar
en
absoluto
de
dinero
á
ese desgraciado Mundideo..
El
dinero
es necesario para todo,
y
si como tú
<licés
y
yo' lo creo, no es
un
perverso, sino más 'bien ·un
pobre de espíritu, justo es que le .ayudemos AÍ
salir
de su miserable estado. Convéncele de la
necesid~d
de que sea económico, bien arregla-
~
do, precavido. .
-Su infáme mujer tiene
la culpa de ·
todo.
-c¡Infamel.. . •
»
no des tales epítetos á
nin-
gún
nacido de 'madre, sin estar bien seguioa de
que lo mereee,-dijo
~l
reverendísimo en tono
de afable amonestación.
j
-Es verdad, tio; pero ello
es
que la eaifa-
sa no es buena.•
Todo
el mundo
dice
que
no
es
buena.
-¿Vas
á
mandar esos trapos
y
ese dinero
al
pobre desterrado de la Cortiguera?
-Se los llevaré
lO
misma::
-De buena gana
te
aco~pafiaria.
Una
80"