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,
,
PEREZ GALDOS
,
.
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-Si,
se•.., se•.•
ñor. ·
; -¿Y
que os
h,~bé~s
quedado
s~n
casa?
-Sí,
se..• se.•.
fior.
,-Estos pobres niños están desnudos-dijo
D. Angel.-Es preciso darles algo de ropa.
1:'.
. - De esó se encargará. mi hija. ¿En dóude
está Gloria? .
-Ha
salido
al
camino á hablar con Caifás,
,
_
.
í
que no ha querido entrar porque le 'da ver-
&
güenza.
-y
con xazón. :tfo piensfj
hac~r
nada por
él.
Estoy cansado de favorecerle. Le daré,para co·
mer y ropa para
,esto.s
nitios; pero nad.a más'•• .
Gloria , apareció entonces' por la puerta del
jardín. Sus ojos encendidos anunciaban la
aflicción de su alma.
,Papá-dijo secando sus 'la'grimas,-ahJ es.–
tá Caifás.
Dic~
que quiere hablarte,
y
que te,
contará lo que le ,pasa si no te enfadas.
-¡Pobre hombrel-:-dijo Lantigua
mira~do
á
Morton.-Mira, Gloria, prefiero
que
tú
me
cu~ntes
lo que le pasa
á
ese tunante.
-Púes le han echado de la sacristíá.
-Bien merecido.
-y
D. Juan Amarillo le ha embargado lo
único que le quedaba ya: las herramientas de
carpintero
'
-Ya se ve. No parece sino que D.
Juan
•