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los Fondos Antiguos y, mas bien. me llegaron listas completas de libros antiguos desaparecidos.

reportados por Auditoria lnterna en anos anteriores a mi gesti6n.

Un informe interno de la Direcci6n General del CSBE del 2 de marzo del 2009, sobre la

«Detecci6n de otros libros faltantes en el repositorio del 4to piso en bloque 3» de la sede de

San Borja, advertia que el periodista David Hidalgo habia delatado publicamente la sustracci6n

de libros de la BNP y que venia exigiendo informaci6n que era «reservada». Este documento

interno de la BNP insistia en que esta informaci6n «reservada» debia guardarse como un

«Secreto profesional y como informaci6n clasificada, quedando restringida su divulgaci6n.

siendo obligatoria esta reserva a todos los servidores y funcionarios de la Biblioteca Nacional. al

margen del cargo y nivel de instrucci6n que tengan». Este documento interno tambien aseveraba

que «La falta a este principio esta penada por el articulo 16S de nuestro C6digo Penal. que a

la letra dice: <Articulo 16S. Violaci6n de Secreto Profesional. El que teniendo informacion por

raz6n de su estado, oficio, empleo, profesi6n o ministerio, de secretes cuya publicaci6n puede

causar dano, los revela sin consentimiento' del interesado, sera reprimido con pena privativa de

la libertad no mayor de dos anos y con sesenta a ciento veinte dias de multa> ». Es decir, bajo

esta amenaza velada muches trabajadores se sentian vulnerables y guardaban silencio ante

mis primeras pesquisas. De hecho, las areas tecnicas rechazaron mi propuesta de realizar un

inventario de los fondos antiguos. Aseguraban que no habia presupuesto para una tarea de esta

envergadura y que debia familiarizarme primero con la instituci6n, antes de emprender este

trabajo, pues pronto descubriria que existian otras prioridades. Tambien decian que para hacer

el inventario era necesario cerrar la Biblioteca Nacional por varies meses y esto generaria una

ola de reacciones adversas en la opinion publica y la prensa.

Le solicite a una bibliotec61oga de planta que me ayudara a diser'iar un plan de inventario

general. Respondi6 que no lo haria sin la previa autorizacion del area tecnica. y que esta. jamas

aprobaria el proyecto. Con ello comprobe la existencia de poderes paralelos dentro de la

instituci6n. El Director Nacional era -como me lo habia declarado el exdirector Hugo Neira- un

«rehen» amedrentado por las areas tecnicas. que practicamente funcionaban aut6nomamente.

A raiz de todo ello, convoque a una conferencia de prensa con la presencia de dos invitados

especiales: el Dr. Sinecio Lopez. director de la Biblioteca Nacional en tiempos del Presidente

Toledo y el propio Dr. Hugo Neira, director durante el primer periodo del gobierno de Alan Garcia.

Ambos avalaron mi denuncia publica y reconocieron que el robo de libros antiguos era un mal

endemico en nuestra instituci6n. A diferencia de lo que opinaban las bibliotec61ogas nombradas.

inventariar los fondos antiguos no ponia en riesgo nuestro patrimonio cultural. Era al reves. y

los ladrones de libros lo sabian. Cada libro inventariado era una partida de nacimiento que

registraba la existencia del libro y dificultaba su desaparici6n, porque dejaba huella. De hecho.

la repatriaci6n desde los Estados Unidos a la Biblioteca Nacional del Peru de un manuscrito

quechua del siglo XVIII perteneciente a la colecci6n Paul Rivet, puso en evidencia la mecanica