

Libros de Chile
El retorno de las obras secues–
tradas por la soldadesca que
ocup6 Lima durante la Guerra
del Pacifico (
1879- 1884)
tiene
un mayusculo significado, pero
hay que explicarlo, por sus con–
tenidos emocionales y patri6-
ticos . Por esa raz6n , el catalo–
go que se luce al pie de esta
columna, narra como el dfa 5
de noviembre del
2007
llega–
ron de Chile
283
cajas selladas
conteniendo los
3.788
volume–
nes que habfan sido identifica–
dos por expertos chilenos como
originarios de la Biblioteca de
Lima (asf se llamaba en el mo–
menta del despojo) Estos libros
que hon vuelto llevaban desde
entonces el timbre del Escudo
del Peru . Se firm6 un acta de
~ntrega ,
que no dice otra cosa
que lo que dice. El tema de los
Joyas de la Biblioteca
libros de Chile regresa a diarios
y medias. No lo vamos a abor–
dar aquf. Sin embargo, cabe
responder sumarfsimamente a
un par de preguntas. eCu6ntos
libros habfan? eD6nde estan los
que faltan? Lo primero, Palma
mismo, nos dice en su primera
Memoria, que cuatro anos an–
tes, en
1880,
esta contaba con
56.127
volumenes. Por otro lado,
la presidenta chilena Bachelet
dice que se ha entregado «has–
ta el ultimo libro que se hubiera
hallado en bibliotecas publicas
de su pafs». No es insensato que
ambos, Palma y la Presidenta,
digan la verdad . Hubo
50
mil,
hace
126
anos, y en el
2007,
quedaban en Chile, en lo pu–
blico,
3.788.
En ese lapso, allay
aquf, esos libros magnfficos fue–
ron pasto de los huaqueros de
libros viejos. Palma mismo cuen–
ta como comenz6 a recuperar
BIBLIOTECA Y MODERNIDAD
ejemplares «vendidos a precio
vii en los bodegones de Lima».
eD6nde estan hoy los que fal–
tan? En bibliotecas del mundo,
en colecciones privadas, quien
lo sabe. En todo caso, podemos
tambien preocuparnos que los
que volvieron a la patria se pon–
gan pronto en monos de estu–
diosos. Pero eso significa abor–
dar aspectos practicos. En este
tema como en otros, preferimos
la quimera . Preguntarse con
gran solemnidad d6nde estan
los que faltan do mas reditos
politicos que procurarnos mejor
presupuesto para concluir cata–
logos. Hoy ocupan, bien guar–
dados y restaurados, nuestra
b6veda en el piso cuarto. Hay
que decirlo, fondo antiguo y
nuevo, constituyen la primera
biblioteca de America del sur
en riqueza bibliogr6fica del siglo
XVI
al
XVIII.
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