medio. Lo digo a modo de confidencia, sus textos de enseñanza secnndaria, a mi
criterio lo mejor que hemos producido (ynn perdido ensayo sobre cien años de
literatura peruana de JoséJiménez
Bo~a)
son textos egregios, me los llevé por el
mnndo, y de tiempo en tiempo, en otros países y culturas mucho mejor servidas
que la nuestra en tan fundmnentada materia literaria, abría esa selección de textos,
los más antiguos de esta lengua castellana, y volvía a los cantares del J\1Ío Cid,
jnnto a los más modernos y hermosos versos de Machado, <<al destierro con doce
de los suyos, polvo, sudor y hierro, el Cid cabalga». Una de esas antologías que ya
no se llevan en nuestros días. Pobre Perú, empobrecer su educación es cortar las
alas de los que llegan.
Dos textos que me parecen de transición: el de Sinecio López y el de Osmar
Gonzales. Sinecio no se anda por las ramas. No habla solmnente de la Biblioteca
Nacional, sino de la sociedad peruana y de su indiferencia. Es nn texto el suyo
muyvahoso, recupera y no deja que se pierda la franqueza del propio Basadre.
¿A
qué me refiero? A nnas páginas capitales en que este recuerda su experiencia de
bibliotecario, y al examinar quiénes fueron los donantes para la tarea de
reconstrucción en esos años, comprueba que no se hicieron presentes los ricos del
Perú, por entonces la Intemational Petroleum, la Cerro de Paseo, la Casa J
'vW.ne;
pero «tampoco muchas familias prominentes». Pero, en contraste, las listas de
donantes las conformaron gentes peruanas de <<Sociedades de tiro, clubs, sindicatos
obreros, funcionarios, docentes de colegios, estaciones de choferes». La tesis de
Sinecio en este texto apnnta a que la biblioteca era vista por Basadre como <<hogar
intelectual democrático». Haynna larga cita que no me an:llno a callar:
El hombre normal
y
el ciego, el niño
y
el adulto, el erudito
y
el ignorante, el que
salió demasiado pronto de la escuela
y
el que no aprendió en ella lo que ahora
necesita, el que busca una nueva ocupación u oficio, el que quiere simplemente
un sano esparcimiento
y
el que trata de hacer una investigación científica
y
por
eso merece facilidades especiales, todos ellos
y
múltiples otros deberán hallar
en este hogar intelectual, sin discriminaciones personales, albergue, asistencia,
orientación
y
guía.
El texto de Osmarva caminando a problemáticas mayores. ¿Por qué le interesaron
las bibliotecas, genéricamente hablando, al sabio Basadre? No lo dice en estos
términos y planteos, que sonmíos, los del introductor (y de mi manía de hacerme
preguntas a las cuales irunediatmnente respondo; nn recurso retórico desde los
días del griego y del latín). La respuesta es que a Basadre le interesa nn tema
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