estudios en Alemania, la cátedra, los ensayos, la renovación de los estudios
históricos. Sin duda, pero entre rma cosa y la otra, rm oficio, rm taller, el arte de
trabajar y a veces ordenar rma biblioteca. Nada menos que la Nacional. La
desamparada desde siempre Biblioteca Nacional. Tan importante en su trayectoria
y habilidades como la experiencia internacional de esos viajes juveniles, es tratar,
como en estas páginas, de ese saber técnico que alumbra el destello visionario de
los ensayos y teorías sobre el Perú y los peruanos.
Qué bien que algunos se detengan en este tema: el <<Inaking?> o fabricación de rm
historiador de oficio. De cómo Jorge Basadre inventa y forja (en el esfuerzo y la
perseverancia) la fluidez de su obra posterior. Raúl Porras, su par en edad, y en
amor por los archivos y el oficio de historiar, se da cuenta y por eso cuando exalta
los resultados, no señala únicamente que Basadre sea profesor de San Marcos
sino que, pone en el mismo nivel de importancia su calidad de <<Director de la
Biblioteca Nacional, encargado de la reconstrucción de ésta>>
(Fuentes históricas
pernanas,
pp. 531 y ss) Ambas actividades van a la par. Ambos oficios. Historiador
y bibliotecario. Este libro viene a recordarlo. Era tiempo.
Me permitiré agrupar, los trabajos (presentar y comentar) por orden de dominios
o espacios de actividad intelectual.
El pllinero, Basadre bibliotecario, reúne varios. Se me ocurre, es rm parecer, el de
Luis Paredes Stagnaro, el de Silvana Salazar Ayllón, el de N elly J'vfac Kee de J'vfaurial,
el de Jorge Puccinelli. El primero, llega a conocer a rm Basadre bibliotecario con
«guardapolvo blanco, afable empleado», dice. Un director vestido como el personal
a sus órdenes. Este texto señala cómo se convierte el jovenBasadre en bibliotecario
pllinero, colaborando con Pedro Zulen, y luego, en bibliotecólogo. Silvana Salazar
Ayllón, en rm texto muy completo y técnico, trata de su iniciación como
bibliotecario pero también de cómo recoge las corrientes del pensamiento mrmdial
en materia de bibliotecas públicas, y la fundación de la Escuela Nacional de
Bibliotecarios. Silvana no deja con todo de reparar en rm aspecto humano. Al
fin
y al cabo, detallista como mujer. El siguiente: Basadre nrmca olvidó la paciencia
que tuvo Luis Ulloa, cuando Director, quien brindó, a rm Basadre adolescente,
paternales facilidades en su propia oficina para que leyera. Cuando hombre, y
convertido a su vez en Director, <<Ullo de sus pllineros actos fue fundar la sala de
niños». Cómo es la vida, debo confesar, a mi vez, que conocí esa sala de niños.
Viajaba al centro de Lima, desde el entonces, lejano y marginal banio de Lince, para
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