ir
a pasar gloriosas tardes de lectura, fascillante actividad para rmniño pobre, como
lo era yo.
Es de considerar la importancia del trabajo de NellyMac Kee, en el que analiza y
ubica
la
obra de Jorge Basadre relacionándola específicamente con elmrmdo de la
bibliotecología, evaluando, con acuciosidad bibliotecaria y casi cronológica, la
contribución de nuestro eminente historiador al desarrollo de las bibliotecas,
destacando su extraordinaria labor desplegada en el que fue rmo de los peores
momentos de la vida institucional de la Biblioteca Nacional. Recrea la vida de
Basadre desde casi niño cuando pisó por primera vez el local de la Biblioteca,
describe su periplo como director de los destinos de la Biblioteca hasta llegar al
alto cargo de J'vfinistro de Educación desde donde con empeño filial veló para que
las obras emprendidas siguieran el camino que él trazó. Cabe comentar que Nelly
reconoce en Basadre su «capacidad de gestom, demostrada, entre otras, por la
creación, de las bibliotecas populares y escolares pero sobre todo por las públicas,
nacidas para estinmlar la lectura y despertar vocaciones en los niños señalando
que la <<Declaración del Callao» (Bibliotecas Públicas) planteó el derecho a la
cultura
que todo peruano posee.
Claro y corunovedor, el texto de Jorge Puccinelli. Hubo de conocer a los 16 años
aJorge Basadre en la Biblioteca Central de San Marcos. El texto de Puccillelli es
rma evocación de ese gran maestro, entre otros grandes, a la par que las clases de
filosofía de J'vfariano Iberico;las de literatura griega deJosé Gálvez, las de Honorio
Delgado sobre psicología (quien a su vez alcanzó a cartearse con el mismo Freud);
las de José Jiménez Borja de elocución, y las de Luis
E.
Valcárcel, Aurelio J\1iró
Quesada y Luis Fabio Xammar. A Basadre lo tuvo en rm curso monográfico de
Historia del Perú. Pero lo que cuenta Jorge Puccillelli no es solo rm cuadro,
entonces espléndido, de profesores, sino que, en algún momento, Basadre le
propone rma plaza vacante de auxiliar de la Biblioteca. <<Aprendí durante el tiempo
que trabajé a su lado, más que en varios años de carrera: manejo de las fuentes
bibliográficas y hemerográficas peruanas y universales, fundamentos y técnicas de
la investigación histórica y literaria, volrmtad de servicio». ¿Por qué evocar esta
iniciación Basadre-Puccinelli? Porque la cultura y el quehacer intelectual es rma
interminable cadena productiva, y no se forman oficios sin formar seres humanos.
Puccinelli, a suvez, no necesita presentación, quien continúa esa cadena de ascenso
civilizatorio. Conviene recordar que es director del Instituto Raúl Porras
Barrenechea y autor, de acaso, los mejores textos de iniciación literaria de nuestro
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