Repf1blfoa, ·siempre está laten
te
ln necesidad im–
peti(>sa
y
parn satisfacerla con buen
éx.ito,
en
no
lejano
tie.nlpo,
tienen que
concm-rir
de
consuno,
la
bnena vohmtad dei los
obfü.rados
y la solicitud v
persevera.ncía. del
l\fonicip,Ío
fHtr;~
ha.cer
práctic~)
el nta,ndato de
la
lev.
.Estas consideraciones
justificnn
la actitud que
ha
creído
conveniente
asumir
el Honorable Con–
cejo Provincial de
Lin1a,
Íl
quien tengo la honra
de.
rE)prPsen
tar
y
por eso, al dirigirme
á
los habi–
t~rntes
de la capital, lo hago con la. franqueza.
y
la
verdad
del que
el
l1ien~a1nparado
en la con–
vicción, la
rectitud,
<.;~I
patriotisuio
y
la
honradez.
U.
Nuestra ihrnm de Gobierno Hepu blicana-demo–
erática tlerivn su soberanía. del pueblo, en quiPn
re:;:ide,
y
sn qjercicio
e1u·omendada
{t
los Po–
deres Pítblicos, en la
altenrnbilidnd
de su come-
tido.
·
La
responsahifo1a.d
los ftmciona.rios
públicos
est{t
prevista
por la
pero Ja sanción moral.
que
debt~
anteponerHe
sien1pre
á
la
.Justicia
en ('}
proceso,
hace
nula
:í
cnando
la
prin1era
st•
desv.irtúa,
por
la Ü•ha
de
com·c•1>to
en
los
llanrn–
dos
á
aprecia.ria.
De esta última dislocación en el
1necanhnno dP
la democracia nacen la arbitrariedad
y el
despo–
tismo, causa de cwíntos males
afli~<m
el libre ejer-
cieio de la
personalidad
hmnana. ..
'
Si
fo..
soberanía
reside
en el
pueblo,
y
si este,
por su natnrnlezn es
p)
llamado
fi
d:1
r, en In. forma