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Como viejo ropaje

Nuestra pureza,

Al salir

de la infancia

Queda a la puerta,

I

princi

piam~s

Entonces otra vida

De

sobresaltos.

Un

inmenso horizonte

Se abre a

1011

ojos

I

ellos en él se cstienden

Por verlo todo;

Pero al fijar se

Van

encontrando manchas

·Que no habia antes.

IJa juventud es como

Una montaña

Que recrea a lo léjos

Nuestras miradas;

Mas

¡

ai

!

de cerca

'Solo vemos..abismos,

1

Rocas i breñas.

Al

pasarla t.eme:nos

-Sus hondas simas,

Rendidos suspirando

De

cruel fatiga;

I en ella a Yeces

{¿uemada por los hielos

El alma muere.

148 -

El viento nos azota

Ruji endo

airad-0,

Sin que

pueda

-vcalernos

.Ausilio humano:

:No

~ion

e el jóven

Fuerzas

q

Re lo defiendan

De

las

pMiomm.

En ímpetu violento

Los huracanes,

De la ilusion el árbol

Sañudos baten,

Hasta dejarlo

Sin hojas

i

sin ramas

Hecho .pedazos.

·

En vano nuestras lágri:nas

Brotan entórrces,

Pues sec.o el árbol, mueren

.Las ilusiones;

I

una vez muertas

Por nada se consigue

Que reverdezcan.

¿Por qué desear ser hombre

Con loco instinto,

Si los anos mas dulces

Son

los

del niño?

¡Ai!

es que vemos

Esa edad, cuando infantes,

Mui .a lo lejos.

PEDRO

F.

LIRA.

Ohile.

'