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Niño, cabellos de oro

Tu sien coronan

Como a un :iuj el del cielo

Pura aureola.,

I

en tu pupila

El azul

ele

los

cielos

Sereno brilla.

Como una vestidura

De blanca seda, .

Tu fina tez ocn1ta

'Tu

sangre

nueva ;

Eres

hermos

Como la blanca estrella

De un cielo de oro.

Tu

figura

despierta

Dentro

del

alma

Yo no sé qné ternura,

No sé qué

rna,;i a;

Quo

siempre

al verla

Se embr jaga el

1

cnsamiento

I absorto sueña.

Hai alO'o de

tan

puro,

Tan

apnc.:ible,

Tan lleno ele

dulzura

Cuando sonries,

Que eres la imájen

De la beldad sin mancha,

Del

mejor

áuj el.

Parece que brotara

Tu ser ¡oh niño!

Cierto vago perfume

Do algo divino.

I

embebecida

Bebe el alma en tus ojos

La poesía.

149 -

A.

A.bel.

. Al mirarte gozoso

Bolo recuerdo

l.1as

músicas mas suaves

I

placenteras,

Las

blancas nubes,

Los crepúsculos, tibios

I loo

perfumes.

.

Bien hayas, bello. niño,

Cuya inocencia

Todavía del cielo

La luz

refleja,

Cual tierno

liriÓ

Húmedo

con

las

gotas

Del paraiso.

Quiera Dios que la vida

Para

sea

Como noche

de

luna

Pura

i

serena.

Como armonía

Que allá a lo léjos vaga

Sobre la brisa.

Que en la ·tierra no sufra

Tu vírj en alma

Ninguna de las penas

Que nos desgarran.

I que tus manos

Nunca toquen

la

espina

Del

desengaño~

I en

la

tarde remota

De

tu e:::istencia,

Cuando hayas recorrido

· Toda su

t:~nda,

'Tornes al cielo,

I

al

recordarte lloren

Los que te vieron.

JOSÉ ARNALDO M.A.RQUEZ.

PGrú.