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Ni el barco humeante cuyo peso abruma
I fatiga las olas de la mar,
Que huyen, jimiendo en
desgarra.daespuma
Como luciente polvo de cristal¡
Ni el areonauta audaz, ni la lijera
Góndola del Adriático veloz,
Aventajan al monstruo en la carrera
Con sus alas de fuego i do vapor.
¿No veis? ";a
rueda..~De
su entraña hirviente
Que bulle cual la lava del volean,
Arroja larga flecha de humo ardiente
Como la blanca espuma de la mar.
Lanza a las nubes estridente grito
En su hálito de fuego abrasador,
I corre arrebatando al infinito
El ala del relámpago
i
la voz.
Conprime sus.entrañas".bullidora1,
En su seno palpita el frenesí,
I el monstruo vuela a devorar las horas,
El tiempo,
i
el espacio, i el confin.
Mas que el torrentefquc a la mar lijero
Se arrastra en vaporosa rapidez,
Ajitando sus músculos de acero
Corre el monstruo del siglo sobre el riel.
Parece apenas que la tierra toca
Pasando como el rápido aquilon,
I olas vomita de su ardiente boca
Jadeante con hórrido estertor.
I el muro, el árbol, la montaña, el rio,
Todo se.. ve en un vértigo jirar,
Como. sombras de un loco desvarío
En un baile. fantástico infernal.
Vuela
i
esparc~
r etemblando el suelo
Sus hu ellas de rocío
i
de
carbon~
Miéntras fl.uctüa en el azul del cielo
Cual larga nube su penacho en pos.
)
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